EL RETO (N2, Septiembre 2015) | Page 6

dicho un quinteto. Mejor dicho un cuarteto. Es que los nervios juveniles y algún que otro capricho de padre ne-gador conspiraban con el proyecto de banda, y habían provocado que luego de aquella temporada del ´71 en que García y Mestre veraneaban (como tan-tas otras veces) en Mar del Plata, termi-naran presentándose como dúo (pia-no/guitarra y flauta/guitarra) en el Teatro de la Comedia. Allí terminarían compartiendo un ciclo con otro famo-sísimo dúo, Pedro y Pablo, mientras volanteaban por las principales calles de Mar del Plata diciéndole a las chicas que mejor fuesen a verlos antes de ser famosos y no les dieran bola.(2)

Luego de mucho molestar e insistirles a Billy Bond y el productor Jorge Álva-ez (el recientemente fallecido funda-or del mítico sello Mandioca), Pedro Bayona (ni más ni menos que el “Gordo Pierre”) logró convencerlos de grabar a sus “protegidos” Sui Generis. Charly y Nito registran entonces, según cuen-tan, su primer disco en los intervalos en que La Pesada del Rocanrol deja li-bre su estudio. Incluso algunos de sus músicos acompañan al dúo en sus te-mas: “Vida”, que vio la luz en 1972, contó con la participación especial de los ex Manal Claudio Gabis (guitarra) y Alejandro “Negro” Medina (bajo), Jor-

ge Pinchevsky de Vox Dei (violín), y hasta León Gieco en armónica. De allí salieron hits como “Canción Para Mi Muerte”, “Necesito”, “Mariel y el Capi-tán” y “Quizás Porqué”.(3)

El éxito de ese primer álbum, lleva al duo a grabar el segundo para 1973: “Confesiones de Invierno”, que contó con la participación de David Lebón y Juancho Rodríguez. De allí salen clási-cos como el homónimo del disco, “Bienvenidos al Tren”, “Rasguña Las Piedras”, “Aprendizaje” y “Mr. Jones”.

Cerraría la trilogía al año siguiente “Pe-queñas Anécdotas Sobre Las Institu-ciones”, que en realidad iba a llamarse “Instituciones” a secas e iba a incluir “Botas Locas” y “Juan Represión”, pero la censura no lo permitió. El staff sería básicamente el mismo, pero se suma-ría Rinaldo Rafanelli en el bajo y Juan-cho como músico ya estable, además de otra vez Lebón, Gieco, Pinchevsky, Bond, Oscar Moro (batería) y María Rosa Yorio (coros) como invitados.(4)

Así, para 1975 estos jóvenes ya habían vendido miles de discos. Eran un fenó-meno masivo. ¿Por qué entonces la se-paración? ¿Fue por esa persecución y censura? ¿Tan mal se llevaban los e-gos de Charly y Nito después de años de amistad y un proyecto compartido? Para algunos, el Adiós Sui Generis pa-