EL RETO (N2, Septiembre 2015) | Page 5

A 40 años del recital que cambió

la historia del rock nacional

Se fueron por la puerta grande. Se fue-ron, pero no se fueron. Aunque es ver-dad que volvieron fugazmente, 25 años después, quizás con similar furor (aun-que con menos expectativas) y parafer-nalia (disco en vivo), NUNCA se fueron. Se metieron en el corazón de varias ge-neraciones. Y hoy siguen siendo leyen-da. Y sus canciones, himnos.

¿Se imaginan al hombre de frac y ga-lera, minutos después de los dos reci-tales de rock nacional más importantes de la historia (al menos hasta ese mo-mento) caminando tranquilamente por Av. Corrientes hasta derivar en alguno de sus tradicionales bares/cantinas? ¿Lo ven al flaquito de bata india co-miendo pizza en Núñez, la OTRA punta de la ciudad?(1)

Todo eso habla de una época: aquella donde el rock de acá superó la barrera y se volvió por primera vez palpa-blemente masivo. Acaso Nito Mestre pueda todavía hoy comer una pizza por ahí sin que lo molesten demasiado. Pero tampoco pasará desapercibido, así sea de madrugada. A Charly, aunque sepan que es lo peor que le pueden ha-cer, probablemente no lo dejarían en paz. Y es que: ¿Quién no los admira?

Hoy por hoy, con apoyo en la difusión de los medios masivos tradicionales y nutridas campañas en las diversas pla-taformas que ofrece internet, cada vez más bandas llegan de forma más rápida al mítico Luna Park. Y lo llenan. Varias noches seguidas. Pero ellos fueron los primeros. Los pioneros. Y lo hicieron dos veces… ¡¡¡EN LA MISMA NOCHE!!!

Sí, todo eso pasó (cuenta la leyenda) la noche del 5 de septiembre de 1975. La noche del Adiós Sui Generis. Y ya nada fue igual en el rock local. Así nos lo con-taba Juancho Rodríguez, baterista de la banda, en una entrevista que le hiciéra-mos para NI IDEA al cumplirse 35 años de aquel día:

Juveniles The Century Indignation y To Walk Spanish. Por esa época, Sui Gene-ris no era un dúo, sino un sexteto. Mejor

Habían pasado ya seis años desde que Nito y Charly, aquellos compañeritos del Dámaso Centeno de Caballito unidos por su afinidad musical, habían fusionado sus bandas