Tanto él como Ale comenzaron, en vano, a pelear y gritar. Por más resistencia que pusieran todo era inútil. Él no se podía quitar de encima al flaco, y ahora el tercer hombre también había venido a contenerlo. Ale por su parte no era competencia para el hombre grande. Con una sola mano arrancó su blusa y la tiró sobre el mueble. Los tres hombres reían a carcajadas. Totalmente impotente veía como Ale resistía al intento del atacante por quitarle el pantalón. Ese que hace no mucho él había quitado. De pronto el hombre flaco detuvo su risa calló. Dejó a su víctima por un momento y se acercó a la ventana. Sus secuaces entendieron.
- ¿Qué es? - Preguntó el hombre grande.
- Son…
En una entrada rapaz, una grupo de seres se había colado hasta la habitación. Él nunca había visto algo parecido, ella tampoco. Y por la expresión en la cara de los atacantes, era su primera vez también. Solo podían ser, los otros.
El lìder de la manada se acercó al hombre grande y se paró frente a él. Olfateó con su nariz reptiliana, el hombre intentó atacar, pero antes de lograrlo el ser gritó y mordió su cuello. El resto de la manada hizo un sonido cómo el de su lider y se lanzaron sobre ellos.