horas de vuelta al hogar y las otras dos horas de vuelta a
casa. Una amansadora en serio. Ese viajecito lo hicimos
durante cuatro días.
Al otro día había que repetir el viaje. Ese día nos llamó todo
el mundo, para ver cómo nos había ido, les decíamos “sorry,
no puedo hablar porque se me movió todo el piso, no
entiendo nada de nada y no puedo pensar”, era algo muy
loco, mucho vértigo, infinitas sensaciones, todas al mismo
tiempo, a mil por hora.
Nos fuimos a dormir. Apenas pude pegar un ojo. Teníamos
mucho cagazo por la decisión de adoptar, hasta que le dije
Lauti, su mirada y expresión