el newsletter de la camada 87 marzo 2014 | Page 15
Varios lugareños me hablaron de un avión que había caído
por esa zona. Pasé por varios poblados. Luego supe que
hablaban de un avión con cadetes argentinos que cayó por
esa zona en el sesenta y cinco, y que nunca se encontró.
Volví a Buenos Aires y seguí con mi vida. Sin embargo, algo
me hacía pensar que tenía que volver a intentarlo. No se
trataba ya de una aventura, mucho menos un objetivo.
Simplemente tenía que volver, pensaba en mi abuelo y sentía
que debía dar más, llegar a ese avión.
Después apareció el pasaje y la idea de volver. Para este
segundo viaje, ya tenía más información. Había encontrado
algunos recortes de la época en el momento en que habían
encontrado el avión, bastante impresionantes por cierto.
También aparecía el nombre del poblado cerca del cual se
había producido el hallazgo, 3 de Junio, un pueblo que no
existía al momento de la caída.
Llegué al aeropuerto un miércoles, alquilé un jeep y me fui
hasta 3 de Junio. Había reservado de antemano una
habitación en un lodge que había encontrado en una Lonely
Planet. Una vez allá, hablé con varias personas que no sabían
nada del tema. Finalmente, di con un baqueano que había
escuchado hablar de la historia. Llegamos a un acuerdo para
rastrear la selva de los alrededores durante esos tres días que
me quedaban antes de emprender el regreso el día domingo
a Buenos Aires. No tenía mucho tiempo.