el newsletter de la camada 87 abril 2014 | Page 8

de corazón. Pide no “condenar” sino “acompañar” a las personas que han fracasado en su matrimonio. Dice “Si una persona es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarla? El catecismo de la Iglesia dice que no se debe marginar a esas personas, y que deben ser integradas a la sociedad.” Si algo resalta como pastor de la Iglesia, es el amor misericordioso que aborrece al pecado y ama al pecador. Se reconoce a sí mismo pecador. Es un ser profundamente ecuménico. Se reúne con miembros de toda las religiones, incluso con ateos, y comparte con ellos su Fe. Llega a pedir a “creyentes y no creyentes del mundo entero” una vigilia de oración y ayuno por la paz ante la inminencia de la guerra en Siria. Esa noche pide: “Nunca más los unos contra los otros. ¡Nunca más!” Su primer viaje es a Lampedusa, donde dice sentir vergüenza ante el naufragio que se cobró la vida de gran parte de los 500 inmigrantes. Se acerca al que sufre e invita a “mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacerse cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas”. Inicia una profunda reforma de la curia Romana tras años de escandalos y críticas contra el gobierno central de la Iglesia católica. Establece el “G8”, órgano consejero constituído por 8 cardenales. También encara la reforma del IOR –conocido como banco del Vaticano-, creó una secretaría económica y un órgamo supervisor para hacer más transparentes las finanzas del Vaticano.