el newsletter de la camada 87 abril 2014 | Page 6

Siendo obispo le devolvía al diariero, todos los meses, las gomitas con que enrollaba los diarios y cuando lo eligieron Papa lo llamó para suspender el diario; se dejaba fotografiar con gente que estaba amenazada para cuidarlos; pasaba Navidad, Pascuas y fines de semana con los curas viejitos y nadie lo sabía; se aparecía en las villas o barrios pobres ,a celebrar misa y se quedaba a comer o tomar mate con la gente, y nadie lo sabía. Ya siendo Papa, notó que uno de los guardias Suizos se había quedado toda la noche haciendo guardia. Le acercó una silla y le pidió al guardia que se sentase. Volvió un ratito más tarde con un sándwich que él mismo había preparado. Eligió vivir en Santa Marta, hospedaje para sacerdotes de paso por Roma, en lugar del Palacio Vaticano. Cuando un chiquito le preguntó en público si era porque le molestaba el lujo del Vaticano, respondió “no te imagines que es lujoso, es por mi carácter. Yo necesito estar en contacto con la gente. No me gusta estar solo”. Prefiere viajar en colectivo, con el resto de los cardenales, que tener auto con chofer. No debe sorprender con todos estos gestos el nombre que eligió por San Francisco de Asís, a quien Dios pidió que reconstruyera su iglesia. El pobre de Asís que vivió con enorme sentido de fraternidad, de amor a la creación y todas sus creaturas. Eligió como fecha de inicio del pontificado el 19 de marzo, día de San José, Patrono de la Iglesia y de la