El Murciélago Diciembre 2014 | Page 34

María nos habló de la mochila que llevamos a la espalda y nos acompaña allí donde estemos. Es una mochila cargada de nuestras experiencias, vivencias, sensaciones, prejuicios, creencias, pasado, heridas, etc., etc, que se “guardan” en la memoria del cuerpo y del alma. Son una carga, que ya no nos sirve de mucho, y urge poder tomar conciencia, reconociéndolas y examinándolas, y discernir si nos sirven de algo HOY. Lo registrado en la infancia puede y debe ser capaz de “traducirse” al lenguaje actual, con nuestra razón y valoración ya de adulto. Y así ser capaz de soltar lastre, con el fin de ir por la vida más yo mismo, yo actual, yo tranquilo, yo a gusto, yo feliz. Recordemos que el cuerpo también somatiza nuestra carga interna. Entre otros mensajes, hay unos específicos que se nos dieron en algún momento y que nosotros recibimos, aceptamos e hicimos nuestros (desde pequeños), claramente, como: 1. COMPLACE A LOS DEMÁS: La vida del que lleva este mensaje en la mochila