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4. Haga preguntas directamente a la persona. Muchas personas que no tienen experiencia con invidentes no están seguras de cómo dirigirse a ellos, así que se dirigen a su compañero o compañera. En un restaurante, por ejemplo, es común que los meseros le pregunten a la persona que está sentada al lado de la persona ciega, si es que desea más agua, una carta o algo parecido. Las personas ciegas pueden oír sin problemas y no existe ninguna razón para no dirigirte a ellos como lo harías con todos los demás.
5. Use palabras como “mire” y “vea”. Su inclinación puede ser alterar sus hábitos normales de lenguaje y tratar de encontrar maneras de decir palabras como “mira” y “ve”.
Está bien usar estas palabras comunes, pues sería raro no hacerlo. Puede hacer que la persona ciega se sienta más incómoda si le hablas de una manera diferente de la que hablas con otras personas.
Por ejemplo, puede decir algo como “qué bueno verte” o “vamos a ver qué hacemos”.
Sin embargo, no use las palabras “mira” y “ve” cuando hacerlo sería imposible para la persona. Por ejemplo, si la persona está a punto de tropezar con algo, es más útil decir “¡para!” en lugar de decir “¡mira!”.