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2. Avísale cuando salga de la habitación. Tal vez no sea intuitivo, pero siempre debes decir algo cuando estés a punto de salir. No simplemente asumas que la persona escuchará cuando salgas. No es educado salir de la habitación sin decir nada, pues dejarás a la persona hablando sola. Esto es frustrante y vergonzoso.
3. Pregúnte si le gustaría ayuda. Si parece que la persona necesita ayuda, lo mejor que se puede hacer es preguntar en lugar de asumir que requieren tu ayuda. Solo digale educadamente, “¿Le gustaría ayuda?”. Si la respuesta es positiva, pregúntale qué le gustaría que haga. Pero si la respuesta es negativa, es descortés insistir. Muchas personas ciegas son perfectamente capaces de desplazarse sin ayuda.
Si dice que le gustaría ayuda, solo haga lo que te pide y nada más. Es común que las personas videntes que tienen buenas intenciones “se hagan cargo” y terminen dañando más de lo que ayudaron.
En algunas situaciones, ni siquiera existe la necesidad de preguntar. Por ejemplo, si todos están sentados en la mesa y la persona ciega ya está sentada, no tiene que ir y preguntar si puede hacer algo por él. Sea sensible con la situación y no asuma cosas.