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Desafortunadamente, el problema de las funciones mentales no es lo único que se presenta durante el transcurso. También se presentan situaciones como los llamados síntomas psicológicos y conductuales de la demencia (SPCD), que son un conjunto de alteraciones que se pueden llegar a presentar en algún momento del padecimiento y que por sus características agravan el cuadro presente. Los síntomas comprenden: alteraciones en el pensamiento, alucinaciones, agresividad, depresión, ansiedad, euforia, apatía, desinhibición, irritabilidad, hiperactividad motora, alteraciones en el sueño o apetito, alteraciones en la esfera sexual, agresividad, perseverancia, etc. (3)
La importancia de atender el Alzheimer radica en el impacto que llega a tener en la vida del paciente. Por otro lado, los SPCD pueden ser tan graves que dificulten la convivencia familiar,
enerando con esto un círculo de violencia. Por tanto, el tratamiento de primera instancia es el conocimiento del padecimiento y la adecuada educación acerca de los síntomas y su evolución. Teniendo en cuenta, que el manejo no farmacológico cobra gran importancia durante el desarrollo de la patología.
Existen intervenciones especificas como: terapia de reminiscencia, terapia de validación, terapia de orientación de la reali-
dad, terapia de música, aromaterapia, terapia de Snoezelen / multisensorial, terapia de presencia simulada, programas sociales y de ejercicio. Realizar cambios en el ambiente físico puede incluir la reducción de la estimulación sensorial, la señalización adecuada, la eliminación de espejos y los cambios en el entorno visual. (4)
Las intervenciones que incluyen capacitación en habilidades para cuidadores, educación, planificación de actividades diseño