EL MUNDO DEL CUIDADOR 2 | Page 17

La no aceptación de los hechos resulta inicialmente bastante lógica, ya que acoger un diagnostico de incapacidad es difícil para muchas personas. Esta negación puede ser un mecanismo natural que nos ayude a hacer frente a emociones dolorosas intensas. De esta forma se consigue mantener bajo control la ansiedad y el estrés. Esta reacción en su forma más pronunciada puede consistir en que la familia actué como si nada hubiera ocurrido; pero habitualmente conduce a los padres a minimizar la gravedad, del trastorno y a fantasear que su niño, de alguna manera inexplicable se curará. En esta etapa puede surgir también la necesidad de consultar a otros profesionales para poder contrastar el diagnostico que ha recibido el niño. Puede haber padres que insistan en negar la discapacidad de su hijo y esto desemboque en una inacabable búsqueda de curación consultando una tras otra las opiniones de especialistas, sin quedar satisfechos nunca con ninguna. Esta claro que al buscar la mejor ayuda para el niño es muy importante, pero las reacciones extremas a menudo se basan más en el deseo de los padres de no afrontar la realidad de la situación que en las necesidades del propio niño.

ACEPTACION PROGRESIVA: El rechazo da paso a un reconocimiento y una comprensión más plenos de la gravedad y el alcance de la perdida o enfermedad. En este momento pueden surgir sentimientos de irritación, culpa y depresión. Enfado o irritación por la situación (“¿como puede haberme ocurrido esto a mi?”, “¿Qué he hecho yo para merecerme esto?”, “Preferiría que muriera”), culpa (“¿Qué hemos hecho mal para causar esto?”) y sentimos de tristeza y desesperanza (“¿Cómo vamos a enfrentarnos a esto?”, nuestra vida será un cumulo de problemas. No sabremos como tratarle”) En otras ocasiones domina una sensación de vergüenza, al estar inmersos en una sociedad donde se valora mucho el aspecto físico y el rendimiento físico e intelectual. Otros padres pueden quedar atrapados en una etapa de irritación no resuelta, manifestando susceptibilidad y recelos. A veces se emprenden acciones legales contra los `profesionales implicados en el proceso medico o muestra actitudes muy reivindicativas hacia los servicios sociales y de salud.

En otros casos el asumir esta situación puede provocar una reacción depresiva grave. En este tipo de depresión nos referimos tan solo a los sentimientos de tristeza comunes si no a una profunda angustia junto con la incapacidad de obtener placer de actividades de las que normalmente se disfrutaba a estos sentimientos depresivos se les puedes sumar sentimientos de pesimismo, alta irritabilidad y una baja auto estima y así como problemas de sueño y apetito. En estos casos puede resultar adecuado recibir ayuda por parte de un especialista medico o sicólogo.

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