El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 90

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Hay que recordar que en el año 589 se desarrolla el III Concilio de Toledo donde el Rey Recaredo, por influjo del Obispo de Sevilla San Leandro, se declara “católico romano”, junto con la Reina y toda la corte del Reino visigodo. No debe sorprender, pues, que los Golen se precipiten en España a partir del nefasto año 590. Sin embargo, esa reaparición causó enorme sorpresa a los Condes de Turdes Valter que no esperaban volver a ver a los Golen en la península, por lo menos mientras durase en ella la ocupación goda. Mas tal imprevisión tenía su causa en la suposición de que los Golen permanecerían paganos y no se “someterían” a la Iglesia Católica: esta suposición fue una ingenuidad, como la realidad se encargó de demostrarlo bien pronto, pues los Golen aspiraban a controlar a la Iglesia Católica luego de “someterse” a ella. Los Condes de Turdes Valter, que también pertenecían a la Iglesia y eran nobles hispano godos, emplearon entonces toda su influencia para impedir la expansión benedictina en el Sur de España, objetivo que lograron ampliamente: los Golen, como es lógico, se afirmarían en el Norte de España, en las regiones célticas. Desde el monasterio de Dumio, vecino a Braga, en la Lucitanía, y otros en Bierzo y en el extremo de la cordillera cantabro asturiana que se denomina Picos de Europa, los Golen emprenderían infinidad de incursiones en la Bética con el fin de destruir a la Casa de Tharsis y robar la Espada Sabia. Toda una guerra secreta se libró desde el siglo VIII, en la que los “monjes misioneros” Golen intentaban aproximarse a la Villa de Turdes y los Señores de Tharsis los hacían ejecutar sin piedad. Pero, por cada Golen benedictino que desaparecía sin dejar rastros o aparecía asesinado en un camino por manos desconocidas, concurrían dos en su reemplazo, obligando a la Casa de T h a r s i s a mantener, como antaño, un permanente estado de alerta. Expertos en magia negra, y maestros en toda clase de Ciencias, emplearían cuanto sabían para localizar la Caverna Secreta, mas siempre fracasarían. Al final, solicitarían el auxilio de Bera y Birsa, como se verá más adelante. Es evidente que la inserción de los Golen en la Iglesia Católica no constituye un motivo suficiente para descalificarla completamente. La razón es que los Golen se introducen como “Sociedad Secreta” dentro de la Iglesia y, aunque sus intrigas comprometen en más de una ocasión a la Iglesia toda, sus planes jamás son declarados públicamente ni asumidos oficialmente por ésta. Por el contrario, en muchas otras ocasiones personalidades verdaderamente espirituales, auténticos kristianos, han brillado en su seno. Conviene considerar entonces, a pesar de que tal distinción no siempre sea fácil de determinar, como si existiesen dos Iglesias superpuestas: una, contra la que lucharon los Señores de Tharsis, es la Iglesia Golen; así la denominaré en otras partes y su definición irá surgiendo de la historia; otra es la Iglesia de Kristos, o Iglesia a secas, a la que pertenecieron los Señores de Tharsis y el Circulus Domini Canis, y a la que pertenecen muchos de los que están por el Espíritu y contra las Potencias de la Materia, por Kristos Luz y contra Jehová Satanás. Una es la Iglesia de la Traición al Espíritu del Hombre y otra es la Iglesia de la Liberación del Espíritu del Hombre, una es la Iglesia del Demonio del Alma Inmortal y otra es la Iglesia del Dios del Espíritu Eterno. Decimosexto Día Sobre el Papa benedictino Gregorio I, el creador del “canto gregoriano”, caben agregar dos cosas. Una es destacar que la presión ejercida sobre San Leandro para que influyese en Recaredo y consiguiese el ingreso masivo de los Golen en España sólo dio por resultado que en los monasterios ya existentes se adoptase la Regula Monachorum. Y la otra es notar que su decisión, tomada en combinación con San Columbano Golen, de enviar en el año 596 al monje San Agustín y treinta y nueve benedictinos a Gran Bretaña, obedecía a la necesidad de reemplazar provisoriamente a los irlandeses en la tarea evangelizadora. Aquella partida llevaba el cometido de evangelizar a los anglos y a los sajones que no hacía mucho habían conquistado la isla: según San Columbano y otros Golen, estos pueblos (de Sangre Muy Pura) manifestaban natural predisposición contra los celtas y especialmente contra los irlandeses; sólo respetarían a otros germanos o a los romanos: ellos tendrían que realizar la tarea, pues, una vez evangelizados, ya habría tiempo para que los Golen se infiltrasen y se apoderasen del control de la Iglesia Británica. En el año 600 el Bretwalda de Gran Bretaña era el Rey Etelberto de Kent, cuya esposa, princesa de los francos y ferviente católica, favorece la conversi ón por 90