El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 503

¨El Misterio de Belicena Villca¨
Lógicamente, después de 1945 he reflexionado mucho sobre las palabras del Shiva-gurú de Sining y me resultó difícil no hallarles razón, toda vez que los hechos las confirmaron. Desde luego, frente a la actitud deshonesta del Japón, mas nos hubiera valido tener por aliados a los chinos: ellos en esos años deseaban destruir al comunismo soviético casi tanto como sacarse los japoneses de encima. ¿ Se había equivocado el Führer al confiar en el Japón, error que le habría costado la Campaña de Rusia y el resultado de la Guerra Mundial? Yo creo que no hubo tal error y que la Estrategia del Führer era tan genial que iba a lograr el increíble efecto de descubrir la“ mentalidad judaica” allí donde estuviera, aún entre los mismos“ aliados” de Alemania. En una guerra de Principios Supremos como la que planteara el Führer no interesaba“ ganar” o“ perder” en la Tierra, en el plano material, sino imponer una weltanschauung espiritual cuyo valor estaba del todo fuera del plano material: si la weltanschauung, la concepción hiperbórea del Mundo,“ nuestros estandartes”, eran comprendidos por el hombre de Honor, la guerra se ganaría, aunque se sufriese un traspié material; si la weltanschauung no se comprendiese, o fuese olvidada, la guerra se perdería, aún cuando nos favoreciese la suerte de las armas. En esa guerra de Principios Supremos, no interesaría una vida sin Honor: sería el momento histórico en el que cada pueblo demostraría su verdadero ser y lo que desearía ser. Un hombre extraordinario, quizás un Dios, uno a quien los kâulikas denominaban el Señor de la Voluntad Absoluta, había creado las circunstancias que obligarían a cada pueblo a manifestar su esencia, que pondría a la Sinarquía al descubierto, que maduraría la pus judaica y la haría brotar allí donde se estuviera incubando su cultivo corruptor. ¿ Siendo así, se equivocó el Führer o acertó maravillosamente al conseguir que el Japón se desenmascarara ante el Mundo y la Historia y mostrara su faz oculta, que hoy causa la admiración de la Sinarquía?
En la historia no existen las sorpresas. Los hechos históricos registran causas que a veces se remontan siglos o milenios anteriores. El Japón es hoy un gigantesco kibutz, la“ mentalidad judaica” se ha impuesto en todos los órdenes, de manera semejante a como ocurre en Inglaterra, y predomina un generalizado consenso para que el país permanezca alineado en la Sinarquía, pertenezca a la Comisión Trilateral, a la O. N. U., a la O. T. A. N., etc.; todo el mundo, allí, habla de yenes, de paz, de consumo, de turismo, de hermandad, libertad, fraternidad, etc. Este“ cambio”, aparentemente“ sorpresivo” dada la vocación“ guerrera” de los japoneses antes de la Segunda Guerra Mundial ¿ es realmente un cambio, debido al escarmiento de Hiroshima y Nagasaki, o la exhibición de la verdadera naturaleza de los japoneses, quienes tal vez por una especie de trauma colectivo han querido durante siglos ser lo que no eran, esto es, Kshatriyas, Samuráis, y habían terminado simulando, representando, el papel de guerreros? Porque todos los fenómenos históricos, como este supuesto“ cambio” de los japoneses, tienen causas antiguas que lo justifican: nadie se torna judío de la noche a la mañana, ni así lo circunciden; para ser un buen hijo de Israel hacen falta muchas“ virtudes”, como por ejemplo la usura y el amor al lucro, que requieren bastante tiempo desarrollar. Pero en tan poco tiempo los japoneses han demostrado ser tan buenos judíos como los israelitas y los ingleses ¿ no significa eso que en el Japón la mentalidad judaica se hallaba larvada y que el calor de Hiroshima y Nagasaki solamente produjo su metamorfosis, el nacimiento de la crisálida sinárquica que hoy en día es ya una bella mariposa más en el enjambre de la Fraternidad Blanca?
Querido Neffe: tú eres un joven idealista y conoces bien la Historia. Escucha este principio, comprobado por un viejo que ya ha vivido demasiado, y que sintetiza cuanto te he dicho sobre la actitud de los japoneses: ningún pueblo, jamás, pierde su Honor de golpe; no hay ejemplo alguno en la Historia que pruebe lo contrario. Los pueblos, como todo lo que vive, siguen las leyes de la naturaleza y entre ellos, como entre los habitantes de la selva, hay pueblos leones y pueblos borregos, pueblos cóndores y pueblos ratas; y, como entre los animales, ningún león se convierte de golpe en borrego, ningún cóndor se transforma súbitamente en rata: si tal“ cambio” fuese en verdad posible, requeriría de una larga, milenaria, evolución Claro que, como en las fábulas, los borregos pueden alguna vez disfrazarse de leones, las ratas vestirse de cóndores. He aquí lo que creo: la Estrategia del Führer ha marcado una hora histórica, análoga a la hora convenida en los bailes de disfraz cuando todo el mundo debe quitarse la máscara, en la que nos ha sido dado
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