El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 396

¨El Misterio de Belicena Villca¨ –Yo me haré cargo del joven Kurt –dijo Rudolph Hess–. Disponga los papeles necesarios para cumplir esta formalidad. –Entonces está todo solucionado –dijo el Profesor Haupt– ¿Está Ud. de acuerdo Barón Von Sübermann? –Totalmente de acuerdo. No podría hallar otro tutor mejor para mi hijo, ni hay en Alemania nadie en quien confíe más que en Rudolph –dijo Papá, que aún estaba conmovido por el gesto de Rudolph Hess. Momentos después una eficiente secretaria, preparaba un Legajo Personal a mi nombre, archivaba las declaraciones Juradas de Rudolph Hess y de mi padre y me entregaba un sobre cerrado que debía entregar en Lissa al presentarme el lunes siguiente. – ¡Heil Hitler! –dijeron al unísono el Profesor Joachim Haupt y Rudolph Hess, al despedirse intercambiando el antiguo saludo romano, consistente en alzar el brazo derecho y chocar los talones. En las escaleras de piedra del Ministerio de Educación y Ciencia se produjo otra despedida, pero esta vez más dolorosa, pues Papá y Rudolph