EL LLANO EN LLAMAS el-llano-en-llamas-de-juan-rulfo | Page 67
Se detuvo con los ojos cerrados. "Es mucho —dijo—. ¿Qué
ganamos con apurarnos? Una jornada. Después de tantas que hemos
perdido, no vale la pena "En seguida gritó: "¿Dónde andan?".
Y casi en secreto: "Váyanse, pues. ¡Váyanse!".
Se recostó en el tronco de un árbol. Allí estaban la tierra fría y el
sudor convertido en agua fría. Esta debía de ser la sierra de que le
habían hablado. Allá abajo el tiempo tibio, y