El llamado del Lago TEASER | Page 14

que empezaran los terribles sueños . El escéptico Diego en que me había convertido después de la muerte de Ana .
Suficiente con el fiasco del hotel , aunque debo reconocer que el episodio me ha ayudado a burlarme de mí mismo y a salir del estado trascendental que ha animado esta travesía , por llamarla de alguna manera . ¡ Ah ! me puedo ver , a mis casi ciencuenta años , expectante , nervioso , sí , hasta con una ligera taquicardia pensando en lo que me iba a decir el ilustre chamán . Mi mente , plagada de interrogantes , se debatía entre el pánico y la curiosidad . El uno pregonando el retroceso , mientras la otra me animaba , me empujaba a continuar , como finalmente hice . ¿ El resultado ? un mensaje que aunque no me convence del todo me sigue inquietando . Al despiste debía agregar la preocupación sembrada por el chamán ¿ en quién podría confiar ?
— Solo son cinco dólares – insistió la pequeña anciana volviéndome a ese instante , al lugar donde estaba , a un todavía frío día de septiembre de 2013 –. Le diré lo que necesita saber , lo que vino a buscar . – Su mirada clavada en mí , fotografiándome por dentro .
La miré pensativo mientras negaba con la cabeza . ¡ No ! Mejor le doy la espalda y sigo , me dije . Debía ignorar sus palabras . Aligeré la marcha y me alejé de la plaza , pero no podía olvidarla . Sus palabras se quedaron ahí , rondando , dando vueltas y más vueltas en mi mente . ¿ Y si tuviera razón ? ¿ Si pudiera ayudarme ?
Recorrí el mercado instalado sobre la calle principal del pequeño poblado de Juli , perdido entre el colorido de las verduras , entre los vestidos y mantas que adornaban a las pequeñas mujeres Aymara , entre el bullicio de los viandantes , sus idiomas , sus dialectos . Mis ojos vagaron de un lugar a otro , inquisidores y curiosos , tratando de asimilar formas y matices que hasta ese momento les eran ajenos .
Me detuve por inercia en un puesto de tejidos donde la vendedora , una joven morena de estatura mayor a la de su raza , con rasgos tan indígenas como caucásicos , algo no muy común en esta zona , me enseñó con dedicación las distintas clases de hilado . Hablaba sobre cómo reconocer el más elaborado de aquel que se considera burdo y por el que , sin el conocimiento adecuado , podría pagar varias veces su verdadero precio . Con su voz cálida
14