y pausada revelaba cómo el color distinguía y daba significado a la manta o cinturón y cómo la forma en que estos se llevaban determinaba el estado civil o el estatus social de quien lo usaba.
—¿ Ha oído usted algo de lo que he dicho? – preguntó en tono maternal, interrumpiendo su explicación.
—¡ Sí! Disculpe. Por un momento me perdí pero creo haber entendido y asimilado algo de su exposición sobre los materiales, texturas, colores y técnicas – contesté, tratando de mostrar un interés que no sentía en ese momento. Mis pensamientos eran para la anciana indígena de la plaza y lo que me había dicho o lo que, según ella, me diría. – Perdone si mi dispersión la ha ofendido – dije mientras trataba de fijar la vista en una de las mantas extendidas por la vendedora para que observara la diferencia, entre esa de un tejido antiguo y las de al lado elaboradas recientemente.
— No se preocupe – expresó con soltura –, por un momento lo percibí tan ausente, como si su mente estuviese muy lejos de aquí.
— En realidad no tan lejos. Es algo que no me puedo sacar de la mente, a pesar de mi intento por olvidarlo.
—¿ Y por qué no lo enfrenta? con eso se quita esa cara de extraviado que tiene y luego viene y me compra una manta que incluya el valor de la buena recomendación que le acabo de hacer – me miraba sonriente con complicidad. Su mirada era simple, limpia, directa, despojada de secreto o construcción alguna.
— Tal vez tenga razón, me tomaré un tiempo para meditar en su consejo – contesté tratando de terminar la conversación. No era mi intención entrar en detalles.
— Para eso nada mejor que el café Inti. Está muy cerca, a solo dos cuadras de aquí, en la parte alta. Tiene la mejor vista del lago. Diga que lo manda Illa. El dueño es un amigo de infancia, estoy segura de que lo atenderá bien … ¡ Ah! y tómese un buen trago de pisco, lo despejará y le dará coraje. Ande, vaya, lo espero luego para lo de la manta.
— Gracias. Eso mismo haré. Pero antes dígame qué significa su nombre. Es quechua ¿ verdad? – pregunté cuando ya me había dado la vuelta para seguir. Aun no sé la razón que me impulsó a preguntar.
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