EL LIBRO DE ENOC
Y los que siguen son los nombres de sus ángeles, de sus jefes de
centenas y cincuentenas.
El primero es Yeqon, éste indujo a todos los hijos del cielo y los hizo
descender sobre la tierra y los sedujo con las hijas de los hombres.
El nombre del segundo es Asbe’el, éste dio un mal consejo a los hijos del
cielo y los condujo a corromperse a sí mismos con las hijas de los
hombres.
El nombre del tercero es G’adri’el, este mostró a las hijas de los hombres
todas las formas de dar muerte, fue él quien sedujo a Eva y él es quien
enseñó a los hijos de los hombres los escudos, las corazas, las espadas
de combate y todas las armas de muerte; desde su mano ellos han
procedido en contra de quienes viven en la tierra desde ese día y por
todas las generaciones.
El nombre del cuarto es Panamu’el, éste mostró a los hijos de los
hombres lo amargo y lo dulce y les reveló todos los secretos de su
sabiduría: les enseñó a los humanos a escribir con tinta y papiros y son
muchos los que se han descarriado a causa de ello, desde el comienzo
hasta este día.
Porque los hombres no han sido traídos al mundo con el propósito de
afianzar su creencia en la tinta y el papel, sino que los humanos han sido
creados con la intención de que vivieran puros y justos para que la muerte
que todo lo destruye no pudiera alcanzarles. Pero por culpa de este
conocimiento suyo, el poder de ella me devora.
El nombre del quinto es K’asdeya’el, este mostró a los hijos de los
hombres todas la plagas de los espíritus y los demonios: la plaga de
embrión en el vientre para que aborte, la mordedura de serpiente, la plaga
que sobreviene con el calor de mediodía, el hijo de la serpiente cuyo
nombre es Taba’et. Esta es la tarea de K’asbe’el, mostró a los santos el
jefe del juramento, cuyo nombre es B’iq’a.
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