EL LIBRO DE ENOC
Allí mis ojos vieron los misterios del relámpago y del trueno; y los secretos
de los vientos y cómo se distribuyen para soplar sobre la tierra; y los
secretos de las nubes y el rocío, de dónde proceden en ese lugar y desde
dónde saturan el polvo de la tierra.
Allí vi las cámaras cerradas desde donde son distribuidos los vientos, el
depósito del granizo y del viento, el depósito de la neblina y las nubes
que revolotean sobre la tierra desde el comienzo del mundo.
Y vi las cámaras del sol y de la luna, de dónde proceden y hacia dónde
regresan, y su maravilloso retorno; cómo el uno es superior a la otra; su
magnífica órbita y cómo no se alejan de ella y mantienen fielmente el
juramento que han hecho uno a otro.
El sol sale primero y sigue su ruta según el mandamiento del Señor de
los espíritus, cuyo nombre es poderoso por los siglos de los siglos.
Y después de eso vi el camino oculto de la luna y el visible y ella cumple
el recorrido de su camino en ese lugar de día y de noche; y uno mantiene
una posición opuesta al otro, ante el Señor de los espíritus, ellos dan
gracias y alaban sin descanso, porque para ellos dar gracias es
descansar.
El sol gira frecuentemente para bendecir, o para maldecir y el recorrido
de la ruta de la luna es bendición para los justos y tinieblas para los
pecadores, en el nombre del Señor, que ha separado la luz de las
tinieblas, ha repartido los espíritus de los humanos y ha fortalecido los
espíritus de los justos en nombre de su justicia.
Porque ningún ángel lo impide y ningún poder es capaz de impedirlo,
porque Él cita un juicio para todos ellos y los juzga a todos ante Él.
Capítulo 42
La Sabiduría no encuentra un lugar donde pueda habitar, entonces su
casa está en los cielos.
La Sabiduría fue a habitar entre los hijos de los hombres y no encontró
sitio. Entonces la Sabiduría ha regresado a su hogar y ha tomado su silla
entre los ángeles.
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