EL LIBRO DE ENOC
Capítulo 10
Entonces el Altísimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de
Lamec.
Y le dijo: «Ve hacia Noé y dile en mi nombre, “escóndete”; y revélale la
consumación que viene, pues la tierra entera va a perecer, un diluvio está
por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella
perecerá.
“En seguida enseña al Justo, al hijo de Lamec, lo que debe hacer para
preservar su alma para la vida y escapar definitivamente, pues por él será
sembrada una planta y serán establecidas todas las generaciones».
Y además, el Señor le dijo a Rafael: “Encadena a ’Asa’el de pies y manos,
arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en
él; bota sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo
allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del Juicio que
sea arrojado al fuego.
“Después, sana la tierra que los Vigilantes han corrompido y anuncia su
curación, a fin de que se sanen de la plaga y que todos los hijos de los
hombres no se pierdan debido al misterio que los Vigilantes descubrieron
y han enseñado a sus hijos.
«Toda la tierra ha sido corrompida por medio de las obras que fueron
enseñadas por ’Asa’el, impútale entonces todo pecado».
Y el Señor dijo a Gabriel: “Procede contra los bastardos y réprobos hijos
de la fornicación y haz desaparecer a los hijos de los Vigilantes de entre
los humanos y hazlos entrar en una guerra de destrucción, pues no habrá
para ellos muchos días.
“Ninguna petición en su favor será concedida, pues esperan vivir una vida
eterna o que cada uno viva quinientos años.
Y a Miguel le dijo el Señor: ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus
cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su
impureza, ¡que sus hijos perecerán y ellos verán la destrucción de sus
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