A-MORT
vida, y sobre todo del drama de los dramas, el
encadenamiento del Espíritu a la materia.
Es personalista, copia, no individualista. Es
gregario, no aristocrático, original.
PARTE CATORCE
El Laberinto:
El sujeto anímico nos obliga a transitar
incansablemente en el laberinto, sin posibilidad de
salida, entonces por gracia del incognoscible, es
posible que nuestro espíritu y nuestra runa (Yodal)
nos dé la convicción de que el camino que se siga sea
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