A-MORT
PARTE DOCE
El Pacto de Sangre:
Un universo sin A-mort es desolado, yermo, muerto;
el A-mort de la pareja original os inmortalizará y
cualquier lucha no es sacrificio en el A-mort y no hay
lucha mejor remunerada. No hay A-mort más puro
que el del caballero por su doncella, sin dramas
existenciales, sin insultos, sin miramientos, sin
segundas o terceras intenciones. Aquel A-mort
completamente espiritual que viaja por el tiempo y
por los mundos increados desafiando guardianes y
portales. No hay A-mort más sagrado que el que se
pueda sentir en un suspiro o en una caricia que no ha
sido dada físicamente.
No hay A-mort que se pueda comparar al fundirse el
uno con el otro en un trance conmovedor de
extrañeza y remembranza…se ha olvidado pero se
recordará volviéndose imponente, majestuoso y
mágico. A aquellos que puedan sentir la luminosidad
quemar sus rostros y puedan abrir sus ojos
repudiando toda esta maldita creación, serán
premiados por su nobleza y valor.
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