El jugador - Fedor Dostoiewski
francos. Se retiró sonriendo y sin perder la dignidad. Yo estaba
seguro de que por dentro iba consumido de rabia y que si la
puesta hubiera sido dos o tres veces mayor, hubiera perdido la
serenidad y dado suelta a su turbación. Por otra parte, un francés,
en mi presencia, ganó y perdió hasta treinta mil francos, alegre y
tranquilamente. El caballero auténtico, aunque pierda cuanto
tiene, no debe alterarse. El dinero está tan por bajo de la dignidad
de un caballero que casi no vale la pena pensar en él. Sería muy
aristocrático, por supuesto, no darse cuenta de la cochambre de
toda esa chusma y esa escena. A veces, sin embargo, no es
menos aristocrático y refinado el darse cuenta, es decir, observar
con cuidado, examinar con impertinentes, como si dijéramos, a
toda es 6