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ARTROPLASTIA DE
RODILLA
Por JzeFer.-,
Jefe de Traumatología de El
Hospital
Es uno de los
procedimientos
quirúrgicos con mayor
éxito en el campo de la
cirugía ortopédica. En la
actualidad, se describe
que cerca del 95% de las
prótesis totales de rodilla
sobreviven más de 10
años: 2-10 la intervención
quirúrgica ofrece a
individuos con limitada
capacidad funcional
para la deambulación, la
oportunidad de obtener
un estilo de vida
independiente, libre de
dolor y altamente
funcional. La mayoría de
los pacientes sometidos a
un reemplazo total de
rodilla son individuos
mayores de 65 años de
edad, y afectados por
diversas formas de
patología articular.
La osteoartritis y la artritis
reumatoide, son las dos
afecciones que alteran
con más frecuencia el
adecuado
funcionamiento de la
articulación de la rodilla.
Las de tipo artrítico, por
ejemplo, son
primariamente
responsables de la
destrucción del cartílago
articular y constituyen la
fuente de inflamación,
deformidad, disminución
de la función y dolor. La
osteoartritis (figura 1)
produce desgaste gradual
del cartílago articular y se
encuentra relacionada
con múltiples factores:
edad, herencia,
traumatismo previo y
lesiones articulares
repetitivas.
Cabe destacar que la
artritis reumatoide es una
enfermedad de carácter
inflamatorio: destruye
rápidamente el cartílago
articular y su presentación
no depende de la edad
del individuo al que
afecta.
Cuando el cartílago
articular se destruye, la
protección y lubricación
que éste proporciona a las
superficies de contacto se
pierde. Esto origina roce
entre las superficies óseas,
desencadenando el dolor
que predomina con la
bipedestación.
JzeFer.- es el Jefe de
Traumatología desde
2012, y
recientemente fue
nombrado Director
Médico.
Indicaciones:
El reemplazo total de rodilla
tiene como finalidad aliviar el
dolor, recobrar el rango de
movimiento, la estabilidad y
corregir deformidades en las
rodillas afectadas. El
procedimiento está indicado
en pacientes con artritis u
osteoartritis que cursan con
dolor (destrucción del
cartílago articular), con o sin
deformidad y para aquellos
cuya respuesta al
tratamiento conservador
(terapia con antinflamatorios
no esteroideos por seis o más
meses, uso de bastones u
otro implemento de apoyo y
terapia física) no ha sido
satisfactoria.
En la mayor parte de los
casos el dolor es continuo,
generando
consecuentemente dificultad
para deambular, subir y bajar
escalones, así como
limitación para entrar o salir
de un vehículo. El dolor
tiende a ser episódico, con
periodos de exacerbación
nocturna que impiden la
conciliación del sueño.