Nunca se pretendió disimular el rechazo hacia los judíos, negros, homosexuales o gente de izquierdas. Nunca se intentó ocultar el profundo desprecio que la cúpula del partido nazi sentía por todos aquellos que desentonasen o estorbaran en su idea del mundo perfecto. Las primeras represalias llegaron pronto y fueron aumentando paulatinamente pero sin poder ser frenadas. Lo que comenzó como una pérdida de derechos o la obligación de identificarse mediante parches pasó a reclusiones en guetos, asesinatos y desapariciones o expulsiones del territorio. El cénit del ideal nazi llegó con la llamada ‘Solución Final’, una auténtica sistematización del genocidio que rozaba lo industrial
UNA VERGUENZA MUNDIAL
005