EL HIJO DEL VIENTO El Hijo del Viento - Henning Mankell | Page 30

5 Vieron pasar a lo lejos a un grupo de campesinos. Eran como puntos negros sobre la arena reluciente. Comprendieron que eran hombres y no animales por la reacción de los buey es, que los olfatearon tranquilos, conscientes de que no constituían ningún peligro… Llevaban dos meses y cuatro días en el desierto. Y, en todo ese tiempo, aquella era la primera vez que se cruzaban con otras personas. Hasta aquel momento solo habían visto una pequeña manada de cebras y el rastro que las serpientes habían dejado en las crestas de las dunas. Bengler había adelgazado nueve kilos. Por supuesto que no había podido pesarse, pero sabía que eran exactamente nueve kilos. Los pantalones le bailaban, se le había hundido el pecho y ahora tenía las mejillas cubiertas de una espesa barba. Por las noches soñaba que lo iban enterrando despacio en la arena. Intentaba gritar, pero su garganta no emitía sonido alguno, puesto que se le habían secado las cuerdas vocales. En algún punto, todo se había torcido. Según los mapas que le había proporcionado Wackman, tendrían que haber dejado atrás la población de Windhoek, en la región alemana del suroeste de África, hacía una semana. Sin embargo, su inexistente camino no les había ofrecido más que áridos montes, arena y algún que otro arbusto. En dos ocasiones llegaron a un pozo de agua, y ambas gracias a una bandada de pájaros que ascendía y descendía entre el cielo y la tierra. Hasta el momento, los boy eros no se habían quejado, pero Bengler intuía que no tardarían mucho. Cada día se distanciaban más. Un par de veces se vio obligado a alzar el látigo contra ellos para persuadirlos de que continuasen. Sabía que la tercera vez no le quedaría más remedio que cumplir su amenaza. Neka seguía tan descomunal como al principio, lo que lo llenaba de admiración. Las comidas de los boy eros eran más frugales si cabe que las suy as pero, aparte de Amos, que sabía unas palabras de inglés, la conversación resultaba imposible. Tan pronto como se les acercaba se disponían a recibir