EL HIJO DEL VIENTO El Hijo del Viento - Henning Mankell | Page 158

hombre que estaba a su espalda lo sujetó por los brazos. El carromato empezó a alejarse. Padre ni siquiera se volvió a mirar. Daniel dejó de gritar. Ahora aullaba muy bajito, como si y a se hubiese tumbado en la maleza dispuesto a morir. Cerró los ojos. Lo último que vio de Padre fue una imagen grabada en su retina. Sostenía un rifle entre las manos y apuntaba a un antílope en plena carrera. Estalló el disparo. El antílope se esfumó. Daniel abrió los ojos. Del carromato no quedaba ni rastro. Una bandada de pájaros se disputaba la copa de un árbol solitario en medio de un campo. En ese instante, la bruma apareció rodando despacio hasta engullirlo todo en su blanco silencio.