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El Güegüence como manifestación Lúdica Sincrética
poder entender de una mejor manera la importancia de la Fiesta Patronal como espacio
no solamente lúdico, sino como espacio de expresión de las clases trabajadores dadas
sus características esenciales abiertas como ocultas y sincréticas.
Era común que las clases ociosas
dedicaran su tiempo a la lectura, la caza,
escuchar música, la práctica de deportes
(sobre todo aquellos derivados de las artes
castrenses), banquetes y reuniones de
carácter social, bailes, celebraciones de
carácter religioso, algunos viajes y días de
campo, acoger a los juglares de paso,
organizar peleas de animales, algunos
juegos de mesa y de suerte (dados,
ajedrez),
hacerse
sangrías
con
sanguijuelas, cortejar damas y doncellas,
etc.9 Han llegado también hasta nuestros días escritos que describen la asistencia a
espectáculos “cultos” y otros más profanos como circos y corridas de toros.
Mientras que para la clase trabajadora, no sólo bastaba la
pesada rutina cotidiana dedicada de una u otra manera a la
labor tequiosa de largas jornadas, sino que para ellos el
concepto de ocio o de recreación no existía prácticamente.
“… en compañía de los suyos sobrelleva la jornada y
disfruta del descanso; de tal manera influye el trabajo en su
vida, que la esfera laboral se funde con la familia. El empleo
del tiempo se rige por los tiempos biológicos. El ciclo
agrícola ordena el trabajo y descanso en periodos
consecuentes. El tiempo Libre varía conforme a las
estaciones del año y las distintas fases laborales que se
suceden”. 10
Es importante recordar el sentido ecléctico del tiempo,
donde este se sustentaba como es sabido en los ciclos naturales, día-noche, ciclo
lunar, lluvias-estiaje, siembra-vendimia. Este punto es importante, pues para el labriego
y jornalero, no existía el concepto de tiempo libre, para estos personajes sólo existían
los periodos de solaz y de paro que significaban las Fiestas Patronales y las
ceremonias y festividades de índole religioso.
La música y la danza populares integran el contenido del ocio; tienen por tema las
diferentes tareas y la llegada de las estaciones. El trabajo colectivo impone diversiones
y descansos de la misma índole. Durante la recolección, por ejemplo, hombres y
mujeres conversan animadamente o cantan, y a su conclusión la cosecha siempre es
motivo de fiesta. Todas las actividades folclóricas se encuadran en el género de vida.
9
González Llaca, Edmundo, op cit, p. 34
Ibiden
10
Lic. Francisco M. Zamorano Casal