Influenciador
Tres (3) tendencias, tres (3) tensiones, un solo imperativo
empresarial: Quebrar la vista de silos!
Jeimy Cano, Ph.D, CFE
El mundo actual pasa por un momento de inestabilidad en todos los
aspectos conocidos: político, económico, social, tecnológico, legal y
ambiental. Múltiples fuerzas confluyen en puntos de interés para
concretar una agenda que parece no tener un dueño aparente. En
este contexto, tres tendencias (CIDOB, 2017) establecen un marco
de reflexión que todos los interesados deben consultar, con el fin de
advertir escenarios emergentes que no traen buenas noticias, sino
retos particularmente a nivel empresarial para los cuales es probable
que no se encuentren preparadas.
La primera tendencia es lo que los analistas políticos llaman el
vacío de poder. Esto se debe al retiro de los Estados Unidos de
América de ciertos escenarios y posiciones a nivel global, creando
espacios de acción para otros países como China, Rusia, Francia,
India, entre otros, motivando una serie de tensiones internacionales,
que traerán consecuencias globales, algunas positivas y otras que
impactarán compromisos multilaterales que posiblemente dejarán de
cumplirse (ídem).
La segunda tendencia es la vulnerabilidad digital, que se revela
por los acelerados cambios tecnológicos, cuyos impactos en el
escenario local e internacional, demandan especial atención como
quiera que, no solo están expuestos los ciudadanos de una nación,
o las empresas del país, sino la gobernabilidad de una nación. Este
elemento refleja las ventajas y limitaciones de una sociedad cada
vez más digitalmente modificada, donde la hiperconectividad
establece el conjunto de nuevos normales para los nuevos
ciudadanos digitales: movilidad, en la nube, socialmente compartido
e instantáneo (ídem).
La tercera está relacionada con la cuarta revolución industrial,
que habilita una nueva redistribución del poder global,
alterando los órdenes económicos y sociales. La convergencia
tecnológica que demanda esta nueva revolución acelera el
desarrollo de nuevas capacidades que generan tensiones en las
regulaciones actuales y cambios inesperados en los esquemas de
negocio vigentes (Meyer, 2016). La llamada disrupción tecnológica,
no es otra cosa que encontrar escenarios para deconstruir lo
conocido, integrarlo con aquello que es incierto y conectar los
nuevos puntos de formas que no habían sido probadas antes
(ídem).
Estas tres tendencias, establecen al menos tres tensiones claves
que generan vértigo y vulnerabilidad en el contexto empresarial,
creando incertidumbre directiva e incapacidad ejecutiva para
enfrentar los desafíos inéditos que las tendencias pueden crean en
la zona de cómoda donde posiblemente se encuentran algunas
organizaciones.
La primera tensión es la formación ejecutiva, como espacio de
renovación de los marcos de reflexión y pensamiento de los
directivos empresariales. Si bien temas como el liderazgo, las
finanzas y la estrategia estarán siempre en la agenda del gobierno
corporativo, la necesidad de un pensamiento más creativo,
dispuesto a experimentar y a transitar en dominios de conocimiento
diferentes al suyo, es un nuevo mandato que exige una
neuroplasticidad del cuerpo gerencial, para enfrentar la inestabilidad
y la incertidumbre que se avecina.
La segunda es el capital político como esa condición y
característica propia de las juntas directivas para concretar lecturas
del entorno y ganar reconocimiento por sus aportes y decisiones en
estos cuerpos de gobierno. Las tres tendencias relevan que el
capital político como se entendía antes, ha cambiado y evolucionado
13