El Diario del CISO Volumen 1 2018 | Page 14

Influenciador La paradoja de la experiencia: Un reto para los CISO más experimentados Jeimy Cano, Ph.D, CFE Los más experimentados directores o ejecutivos de seguridad de la información tienden a sufrir la “paradoja de la experiencia”. Una paradoja que generalmente se presenta luego de más de una o dos décadas de ejercicio profesional en dicha disciplina. Esta paradoja, si bien no es algo que comprometa la esencia de su práctica, si es un riesgo latente que deben atender para evitar el aumento del nivel de sesgos que se pueden presentar en sus decisiones, sin poderlos notar. La paradoja de la experiencia es, siguiendo las ideas de Taylor (2016, p.72-73), “la frustrante realidad de que cuanto más profundamente sumergido se está en un mercado, una categoría de producto o una tecnología, más difícil resulta abrirse a nuevos modelos, nuevas ideas o propuestas que pueden remodelar ese mercado o formas prometedoras de superar esa tecnología”. En este sentido, cambiar de dominio o perspectiva puede ayudar al ejecutivo de seguridad de la información a retar su práctica introduciendo visiones que sugieran reflexiones distintas. En un contexto donde el flujo de información se presenta de formas inesperadas, la densidad digital (Káganer, Zamora, & Sieber, 2013) aumenta de manera exponencial y más objetos del mundo físico son digitalmente modificados, es necesario que los profesionales de seguridad tomen distancia de sus saberes previos y las buenas prácticas que conocen, para observar la nueva pintura de la realidad que tienen en la actualidad. El ejercicio no es observar lo que se ve en este panorama, sino poder hablar acerca de lo que se ve, poder detallar aspectos invisibles a la cognición y particularmente, reconocer que no se tiene la variedad requerida para dar cuenta con los riesgos emergentes o reinventados, que se ocultan en este contexto. Crear zonas de disonancia y discrepancia en la manera como se lee el entorno, permite mover de la zona cómoda a los analistas tradicionales de seguridad. Incorporar visiones de personas no especialistas en seguridad, profesionales que sean críticos de los estándares conocidos, sorprenderse con posibilidades no documentadas, incorporar lecciones aprendidas de otros procesos y crear conexiones entre dominios aparentemente no relacionados son entre otras, algunas rutinas que la función de seguridad de la información deberá incorporar para poder superar el reto de la “paradoja de la experiencia”. En este contexto, los profesionales de seguridad deben activar más que la innovación, la imaginación. Esto es, ventanas de aprendizaje permanente, creando experiencias de eventos que puedan sorprenderlos, con el fin adelantar un ejercicio semejante al que adelantan los atacantes. Mientras los “chicos malos” se mantienen “jugando y experimentando” en el terreno de la incierto y no documentado, los profesionales de seguridad de la información deberán desarrollar un sentido de urgencia para avanzar y concretar propuestas que visualicen nuevas formas de anticipar los movimientos de los agresores. Por tanto, los ejecutivos de seguridad de la información deberán estar atentos a reconocer y superar al menos los siguientes siete (7) sesgos (Meyer & Kunreuther, 2017) en sus decisiones sobre la protección de la información y el valor de la empresa, como quiera que no hacerlo, es habilitar un entorno de vulnerabilidad no documentada, que sólo se hace evidente una vez se ha concretado un hecho. El primero es el sesgo de miopía, que implica concentrarse en decisiones de corto plazo y soluciones inmediatas. Este sesgo muchas veces se aumenta con la presión de las organización y los 14