El diario de Anna Frank | Page 85

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko Lies, Lies, si pudiera sacarte de allí, si al menos pudiese compartir contigo todo lo que yo disfruto. Es demasiado tarde, ya no puedo ayudarla, reparar mis errores. Pero nunca más la olvidaré, y rezaré siempre por su suerte, Tuya, ANA Lunes 6 de diciembre de 1943 Querida Kitty: Al aproximarse la fiesta de San Nicolás, todos pensábamos inconscientemente en la bonita cesta del año pasado; por eso me parecía tanto más penoso dejar pasar la fiesta este año. Por largo tiempo me devané los sesos para dar con algo entretenido que pudiera divertirnos. Después de haber consultado a Pim, nos dedicamos inmediatamente a componer un pequeño poema para cada miembro del anexo. El domingo en la noche, a las ocho y cuarto, subimos a casa de los Van Daan, cargados con la cesta de la ropa, decorada por nosotros con siluetas y lazos azules y rosas recortados en papel de seda. La parte superior estaba cubierta con gran papel de envolver, al cual se hallaba pegada una carta. Una sorpresa de tal envergadura causó visiblemente gran impresión. Yo desprendí la cartita y leí en alta voz: Santa Clara está aquí otra vez, aunque no exactamente como el año pasado; ya no es posible celebrar ese día con aquella fe y profunda alegría. Entonces, sí, éramos optimistas y creíamos firmemente en la victoria. Pensábamos celebrar este año una alegre fiesta en libertad. Pero puesto que de aquel día guardamos recuerdo, y aunque los regalos brillen por su ausencia, cada uno puede mirar y un su zapato encontrar... Cuando papá hubo levantado el papel que tapaba la cesta, su contenido provocó estallidos de risa interminables. Cada habitante del anexo pudo recobrar allí dentro el zapato que le pertenecía, en cuyo interior habíamos escrito cuidadosamente el nombre y la dirección del propietario. Tuya, ANA 81