El diario de Anna Frank | Page 54

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko Jueves 25 de marzo de 1943 Querida Kitty: Ayer, cuando estábamos agradablemente reunidos papá, mamá, Margot y yo, Peter entró de pronto y murmuró algo al oído de papá. Yo pude vagamente oír: "Un tonel derribado en el almacén", y "alguien que está llamando a la puerta", tras lo cual salieron en seguida. Margot había comprendido lo mismo, pero trataba de calmarme, porque, naturalmente, yo me había puesto pálida. Ya solas las tres, no había más que aguardar. Apenas dos minutos más tarde subió la señora Van Daan; había estado escuchando la radio en la oficina privada, Pim le había dicho que desconectara el aparato y subiera silenciosamente, pero cuando menos ruido quiere una hacer, más crujen los peldaños. Después de otros cinco minutos, Peter y Pim reaparecieron, muy pálidos, y nos contaron sus desventuras. Se habían puesto a escuchar al pie de la escalera, al principio sin resultado. De pronto —nada de ilusión— oyeron dos golpes violentos, como si golpeasen dos puertas. De un salto, Pim subió hasta nuestra casa; al pasar, Peter avisó a Dussel, que, como siempre, fue el último en unirse a nosotros. Todos nos pusimos en marcha para subir a casa de los Van Daan, no sin antes quitarnos los zapatos. El señor Van Daan estaba en cama con resfrío; nos agrupamos alrededor de su cabecera para imponerle, en voz baja, de nuestras sospechas. Cada vez que el señor Van Daan tosía, su esposa y yo casi nos desmayábamos de miedo; por fin, uno de nosotros tuvo la luminosa idea de darle codeína: los accesos se calmaron inmediatamente. Tras una espera interminable, supusimos que, como ya no se percibía ningún ruido, los ladrones habían oído nuestros pasos en aquellas oficinas cerradas y habían emprendido la fuga. Pensamos con aprensión en el receptor de radio, a cuyo alrededor las sillas formaban círculo, y que todavía estaba sintonizado con Inglaterra. Si ía