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E L D IARIO DE A NA F RANK
Por la noche, como seguíamos sin dar con mi lapicera, empecé
a creer como todo el mundo, que había ardido. La prueba: aquella
llama enorme que sólo podía ser provocada por la baquelita. En
efecto, la triste suposición se troncó en verdad a la mañana
siguiente, cuando papá retiró de las cenizas el sujetador de la
lapicera. La punta de oro se había derretido misteriosamente.
-Debe de haberse fundido en una de las piedras refractarias -
observó papá.
Me queda un consuelo, por mínimo que sea: mi pluma fuente
ha sido incinerada y no enterrada. Confío en que otro tanto me
suceda a mí, más tarde.
Tuya,
ANA
Miércoles 17 de noviembre de 1943
Querida Kitty:
Hemos tenido varios trastornos. Hay difteria en la casa de
Elli, quien por eso no podrá venir a nuestra casa durante seis
semanas. Resulta fastidioso, pues solía encargarse de nuestro
reaprovisionamiento y, además, ella nos levanta la moral, y
extrañamos su ausencia terriblemente. Koophuis sigue en cama,
y desde hace tres semanas soporta un régimen severo: leche y
avena. Kraler se siente exhausto.
Las lecciones de latín por correspondencia de Margot son
corregidas por un profesor que parece muy amable y, por
añadidura, ingenioso. Sin duda se siente encantado de tener una
alumna tan capaz. Margot le manda sus lecciones firmadas con el
nombre de Elli.
Dussel está muy alterado, y no comprendemos el motivo.
Cada vez que nos reunimos en casa de los Van Daan, no despega
los labios. Todos lo hemos notado y, al cabo de varios días de esta
comedia, a mamá le ha parecido oportuno ponerlo en guardia
contra el carácter de la señora Van Daan, que podría hacerle la
vida imposible, si él persistiera en su silencio.
Dussel contestó que el señor Van Daan había sido el primero
en no dirigirle más la palabra; y que no le correspondería a él,
Dussel, dar el primer paso.
Quizá no lo recuerdes, pero ayer, 16 de novi embre, se cumplió
exactamente un año de la entrada de Dussel en el anexo. Con tal
motivo, obsequió a mamá con un pequeño tiesto de flores, sin
regalar absolutamente nada a la señora Van Daan. Ahora bien,
ésta, mucho antes de la fecha memorable, había hecho diversas
alusiones directas, dando claramente a entender a Dussel, que
esperaba de el un pequeño recuerdo.
En lugar de expresar su gratitud por la acogida desinteresada
que le hemos hecho, guardó un silencio absoluto. En la mañana
del 16 preguntó si debía felicitarle o presentarle mis condolencias;
él me contestó que aceptaba lo uno o lo otro. Mamá quiso actuar
como pacificadora, pero sin resultado; y todo sigue igual.
¡El espíritu del hombre es grande pero pequeños sus actos!
Viernes 10 de septiembre de 1943
Querida Kitty:
Cada vez que me siento a escribir, algo especial ha ocurrido;
pero se trata casi siempre de una cosa desagradable. Hoy sucede
algo maravilloso. El miércoles 8 de septiembre, a la noche, la
transmisión de las siete nos anunció: Here follows the best news
of the whole war. ¡Italy has capitulated! ¡Italia ha capitulado sin
condiciones! A las ocho y cuarto escuchamos el programa
holandés transmitido desde Inglaterra: «Holandeses, hace una
hora, acababa yo de terminar mi crónica diaria, cuando recibimos
la espléndida noticia de la capitulación de Italia. Puedo aseguraros
© Pehuén Editores, 2001.
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