El desastre de Chernobyl suplemento Chernobyl | Page 3
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Chernobyl… “el aviso” a la
fanfarronería soviética
Hubo un día en el que todos querían vivir en Pripiat. Hoy es una ciudad
fantasma situada a tres kilómetros de la central nuclear de Chernóbil.
En invierno los lobos desandan el camino que los niños hacían
rumbo a la escuela. Las muñecas rotas en los peldaños de las escaleras, la
humedad devorando impunemente todas las paredes, el viento frío
soplando sin que nadie se queje: a un ser humano todo esto le sugiere la
muerte paseando por este caparazón vacío donde hasta el accidente de
1986 vivían casi 50.000 personas.
Sin embargo, la vida ha seguido sin nosotros. Y la naturaleza, tan
ancha, se ha dado un modesto festín con nuestra ausencia .
RECUERDOS
La desolación de esta ciudad, que un día fue un ideal del urbanismo
soviético, golpea antes de cruzar el control policial que da acceso. Basta la
ficha del padrón municipal: "Localidad: Pripiat. Fundación: 1970. Viviendas:
20.414. Habitantes: 0". Estos parámetros contienen las ambiciones del líder
soviético Leonid Brezhnev, que soñó con una urbe moderna vacunada
contra los atascos que EEUU y Europa empezaban a sufrir entonces.
Está presente la infancia de Julia, que lo recuerda todo verde, y los
sueños del mecánico Nikolai, que celebraba su 30 cumpleaños la noche del
accidente y -tras soplar las velas- vio otro humo por la ventana que puso fin
a su juventud. Y está la última imagen que todos los vecinos consultados
tienen de su ciudad: 1.200 autobuses entrando por la avenida Lenin para
sacar a todo el mundo en tres horas y media, vaciando la ciudad hasta la
última cucharada de humanidad