El Corán y el Termotanque | Segundo número | Page 34

Luna de provincia de Santa Fe Novela por entregas Capítulo viii 1967 La noche recién comienza y Barla abre los ojos bien grandes. Giménez comienza a hablar: –Cuando yo era pibe mi viejo tenía un sombrero blanco, con una cinta roja alrededor. Se levantaba temprano y me levantaba a mí. Salíamos afuera cuando apenas amanecía. Llamábamos a los perros y yo lo veía respirar fuerte, como si el aire de la mañana le diese algo. Se ponía el sombrero blanco y se iba caminando a trabajar. Mi hermana y mi madre se levantaban un poco después y en la cocina comenzaba el día. Un sábado, mi viejo salió sin ponerse el sombrero y ya no volvió más. Tenía el pelo bien largo y enmarañado, y me saludó con la mano sin parar de caminar. Desde entonces crecí en una casa de mujeres, llena de manteles y pavas calientes. Acá al lado vive mi tía y hasta hoy viene y se sienta en la misma silla. A la siesta prenden la radio y cada una en una habitación diferente escucha las mismas canciones mirando por la ventana. Tangos, boleros y zambas. Yo me voy por ahí con los perros. Cuando mi hijo crezca lo voy a llevar conmigo. La nostalgia es una cosa peligrosa, caballero. El mañana siempre es mejor –. Barla no dijo nada y el mate cambió de mano. Hablaban casi en la oscuridad. Giménez movió la boca como si ésta se resistiese a hablar. La abrió bien grande y continuó. –Ana Rosa era un poco así – dijo, moviendo la cabeza y mirando cosas cercanas invisibles. –Le gustaba sentarse sola en la oscuridad. Pasaba tardes enteras en silencio. Pensaba mucho. Con el tiempo fui adivinando que esperaba algo o a alguien–. Hizo una pausa en la que bebió dos mates seguidos. –Unos años antes de que yo empiece algo con ella, hubo un episodio confuso. La pretendía un tal Ramallo. Alguna vez los vi bailando juntos. Una mañana el tipo apareció todo roto cerca de las vías. Tiene un campo yendo hacia el norte. No es difícil llegar. Pero no sé si lo atacaron por causa de ella o por otra cosa–. Giménez respiró con intensidad y se notó que se sacaba u