El Corán y el Termotanque | Cuarto Número | Page 20

siempre se puede ir a un bar con fotos de rock efigies de goma diseñadas con fanatismo todo estrellas, cadena internacional disfrutar un trago exótico, el alcohol de lo traído acalambrarse con guiños y fogonearse en instantáneas límbicas, el permitido sonrisa fácil y placer táctil de los parecidos ya va a llegar la noche, ya va a pasar no hay que aburrirse en el parque de publicidades siempre hay una pequeña aventura a precio reptiles inyectados, estirados, potenciados con incontinencia morfológica hormigas que se quedan y se cansan de mirar noche sonámbula que los busca y los arrastra de los pelos REGISTRO ENTRE EL DÍA Y LA NOCHE Por César Marcos Ilustra Luis Pabón Echeverría por la tarde todos se amontonan para mirar cómo flota un barco cargado de conteiners camalotal de acero buscando salida al mar pasa, se desplaza despacio, y en la costa hay carcajadas y unos que muelen granos y los aspiran, o mezclan la harina con agua y levantan edificios miradores con olor a químico patalean sobre chapas, derrumban y tienen siempre a mano el número de emergencia la ciudad es su marca para vender al mundo son producto global, promesa financiable y el barco flota y la tarde lo acompaña dan una o dos pitadas más, recias y piensan que tienen que volver a meterse en ese agujero dentado, cruzar y perderse de nuevo acá se cantaron tangos aguardentosos unos pibes se emborracharon en la esquina fabulada caminaron prostitutas custodiadas desde una camioneta las pasaron a buscar legisladores, señores del trabajo y pagaron para que los embarren de obscenidad para después volver a la actuación de cámaras y recintos saberse cretinos con orgullo y maestría otros dos compusieron una canción gloriosa echados afuera de un teatro, con una caja de vino y una guitarra se recitaron versos de cordón a cordón se escribieron épicas de madrugadas y ahora todo está platinado, cobertura de postre 18