la sucesión de la corona. La primera alternativa fue inaceptable para Margarita, quien rechazó cualquier solución que significara el desheredamiento de su hijo, dejando en claro que toleraría esa situación tanto como durara la supremacía militar del Duque de York. Enrique se recuperó en el interior del país en 1456, pero la reina no le permitió regresar a Londres. Por lo menos en el interior del reino contaban con alta popularidad, no así en la capital, donde los mercaderes estaban descontentos por la caída en los mercados y el amplio desorden. Por estas razones, la corte del rey se estableció en la ciudad de Coventry, donde el nuevo Duque de Somerset, Enrique Beaufort, ascendía en popularidad llenando los espacios vacíos de su padre. La reina consiguió convencer a su esposo de la importancia de desconocer los nombramientos y arreglos hechos por York, y le ordenó regresar a su posición en Irlanda. Los disturbios aumentaron y se sucedieron en la capital y por toda la costa sur, pero el rey se mantuvo en sus cuarteles reforzando sus posiciones. La reina estableció la conscripción obligatoria por primera vez en Inglaterra. Mientras tanto, la popularidad de Ricardo Neville, Conde de Warwick y aliado de York crecía sin pausa, emergiendo como el campeón de las clases mercantiles.
Ante tal situación, York decidió regresar a Inglaterra, retomándose las hostilidades el 23 de septiembre de 1459 en la Batalla de Blore Heath en Staffordshire. Esta acción significó el fracaso del gran ejército de Lancaster en evitar que la fuerza de los York dirigida por Lord Salisbury, proveniente del Castillo de Middleham en Yorkshire, se reuniera con las tropas acuarteladas en el Castillo de Ludlow
Sin embargo, la guerra continuó con un triunfo nuestro, de los Lancaster en la Batalla del Puente de Ludford, que forzó la huida hacia Calais de Eduardo, el hijo mayor de York (y posterior rey Eduardo IV de Inglaterra), Salisbury y Warwick. Los Lancaster recuperaron el control total, nombrando a Somerset gobernador de Calais. Sus intentos de derrotar a Warwick fueron fácilmente frustrados. Entre 1459 y 1460, los seguidores de York acosaron, desde Calais, distintos puntos de la costa inglesa, acrecentando la sensación de caos y desorden.
Para 1460, Warwick y sus seguidores estaban listos para iniciar la invasión de la isla, estableciéndose en Kent y en Londres, donde encontraron mucho apoyo. Enrique dirigió un ejército hacia el sur, mientras Margarita se quedó en el norte con el Príncipe Eduardo. El 10 de julio de 1460, las fuerzas se encontraron en la Batalla de Northampton, que probó ser un completo desastre para nosotros, los Lancaster. El ejército de York, dirigido por Ricardo Neville, ayudado por la traición entre los dirigentes Lancaster, logró capturar al rey Enrique VI, llevándolo prisionero a Londres. Después de sus logros militares, York, basándose en la ilegitimidad de la línea sucesora de los Lancaster, decidió a reclamar nuestro trono, el trono. Desembarcó en el norte de Gales, desde donde se dirigió junto con su esposa Cecilia a Londres, donde ambos fueron recibidos con el ceremonial reservado a los monarcas. El Parlamento estaba reunido y Ricardo esperaba que se le concediera directamente la corona, tal como habían hecho en 1399 con Enrique IV. En vez de ello encontró un silencio sepulcral. Al anunciar su pretensión a la corona, los lores, incluidos Warwick y Salisbury, estaban asombrados con sus intenciones. No había ánimo entre ellos para destronar al rey Enrique, sino que se limitaron a sus esfuerzos originales, expulsando a los malos consejeros.
. El Parlamentó accedió a considerar la materia, y finalmente decidió que la reclamación de Ricardo era mejor, En cualquier caso, el acuerdo era inaceptable para los Lancaster, que se reunieron bajo la égida de la reina Margarita y el Príncipe Eduardo, formando un gran ejército en el norte del reino.
Incluso aunque esto pasara, los Lancaster no descansaran hasta contra-atacar y obtener una vez más lo que es nuestr
reunieron bajo la égida de la reina Margarita y el Príncipe Eduardo, formando un gran ejército en el norte del reino.
Incluso aunque esto pasara, los Lancaster no descansaran hasta contra-atacar y obtener una vez más lo que es nuestrEn cualquier caso, el acuerdo era inaceptable para los Lancaster, que se reunieron bajo la égida de la reina Margarita y el Príncipe Eduardo. formando un gran ejército en el norte del reino.
Incluso aunque esto pasara, los Lancaster no descansaran hasta contra-atacar y obtener una vez más lo que es nuestr