También quisiera subrayar que la cuestión de la in-
tegridad racial nunca fue un tema de debate en el pa-
sado, pues siempre fue considerado de buen gusto
oponerse a cualquier práctica que diese lugar al mes-
tizaje de las razas, como por ejemplo ocurría en la
Norteamérica de los años cuarenta, y es que solo
después de la segunda guerra mundial se pensó que
quienes defendían la integridad racial eran iguales
que quienes propugnaban el exterminio o esclavitud
de las demás razas. Lo cierto es que son dos cuestio-
nes totalmente distintas y por esa razón los grupos
neonazis son incapaces de progresar, pues no com-
prenden que el hecho de considerar correcto defender
los valores raciales o ideológicos propios no implica
apoyar la esclavitud o el maltrato de otras culturas
como hicieron los nazis.
Por eso, quisiera dejar claro que la defensa de los
valores propios de cultura y raza no tiene por qué
mezclarse con ninguna tentativa para esclavizar o
maltratar a los demás y considero que lo natural y
correcto es que todas las razas coexistan en paz y li-
bertad, situándose cada una en sus respectivos terri-
torios y continentes sin mezclarse, porque todas las
razas fueron creadas por la naturaleza para adaptar al
hombre a los diferentes climas de cada continente.
Es llamativo que cuando un ecologista habla de la
defensa de cada especie animal o de cada variedad ge-
nética dentro de la misma especie, todo el mundo lo
considera aceptable y defendible, pero cuando se habla
de hacer lo mismo con la especie humana y preservar