CAPÍTULO 3
JESUCRISTO Y LOS PROFETAS
LA VIDA DE JESÚS
Me resulta lamentable ver como todavía hoy en día
la gente es incapaz de saber comprender la verdadera
naturaleza de Jesús, pues él era un hombre como los
demás, pero dotado con el don de ver y comprender
aquello que los demás no eran capaces, esto por su-
puesto no le convertía en un ser divino como la igle-
sia nos quiere hacer creer, pero sí en un hombre ex-
cepcional.
Lo cierto es que después de su muerte a manos de
los romanos, los apóstoles pensaron que si no con-
taban a la gente una historia de su vida semimágica el
sacrificio de Jesús sería en vano, por ello inventaron
de común acuerdo las fantasías sobre su nacimiento
de una virgen, la estrella de belén o los milagros, todo
ello completamente falso. Lamentablemente la gente
suele reaccionar con indiferencia cuando se les habla
de las verdades espirituales o de la salvación del alma,
sin embargo reaccionan como un resorte cuando se