El camino hacia la nueva era | Page 21

darse cuenta que este juego no es más que una forma de burla a la sociedad y no una auténtica democracia. ¿Y si no es así, porque ninguno de esos que se llaman demócratas propone que se pase a un sistema de elección directa de cada ley? Pues porque se sienten cómodos usando el poder para su interés y despreciando a los ciudadanos, man- tener este sistema político supone entregar el poder a quienes no buscan otra cosa que impedir que la socie- dad conozca el significado de la palabra libertad. No estoy diciendo que los ciudadanos tengan que luchar contra esto por encima de sus posibilidades, pues en muchos casos esas posibilidades son escasas. Pero sí se les puede pedir que dejen de creer en las mentiras que se les cuenta y dejen de colaborar con quienes no desean el bien de la sociedad, tienen que comprender que aunque el miedo al poder limita la capacidad de juicio, la mente es libre y puede esca- par de su control, y quienes viven en las mal llamadas democracias deberían dejar por un momento a un lado su arrogancia y pensar que sus sistemas políticos son tan poco creíbles como aquellos de los que se burlan, porque no hay que confundir el nivel de desarrollo tecnológico con el político, puesto que son dos cosas totalmente diferentes y aunque estas falsas democracias sean preferibles a las dictaduras no por ello dejan de estar muy lejos de lo que dicen ser. Muchas de esas falsas democracias presumen de ser sistemas políticos justos que respetan los derechos