Ciudad de México / Junio 15, 2020. 25
CHARLEMOS
SEGUROS
Alfredo González
[email protected]
@risk_mr
Muchos de ustedes pensarán
que el largo confinamiento
que hemos vivido ya provocó
estragos en la integridad emocional de
este humilde columnista, lo que se reflejaría
en la elección del título para mi
participación de esta quincena, que, por
cierto, marca una fecha muy importante
dentro de mi trayectoria profesional en
el mundo de los seguros, ya que tengo
el honor de celebrar siete años de colaboración
aquí. Sí, hace siete años ya que
escribí por primera vez en este gran medio
informativo.
Por lo mismo, y antes de que me juzguen
loco, los invito a que Charlemos
Seguros respecto de lo que nos ha hecho
creer el Gobierno que será nuestra
realidad cuando este complicado episodio
termine, lo que se ha tenido a bien
llamar la “nueva normalidad”, que para
mí es exactamente igual que la venta del
avión presidencial, por el simple hecho
de que ninguna de las dos existe.
Han sido muchos los errores que ha
cometido el Gobierno federal en el manejo
de la crisis: declaraciones sin conocimiento,
burla a la opinión pública,
cifras maquilladas, excesiva exposición
en los medios por parte del “responsable”
(así, entre comillas, porque ha tenido
un manejo muy irresponsable de la
situación) y un sinfín de anomalías que
tienen hecho un desastre el sistema de
salud nacional y la credibilidad de los
mexicanos respecto a sus autoridades.
Sin embargo, lo que provoca mayor
ansiedad en las personas es el discurso
que se reitera sobre la ya famosa “nueva
normalidad”, a la que prácticamente
todo político y funcionario público hace
referencia, pero absolutamente nadie
sabe explicar. Y la razón de esto es muy
sencilla: no existe tal nueva normalidad;
y, una vez que superemos la situación,
retomaremos nuestras actividades
productivas y el crecimiento; porque,
en efecto, a pesar del pésimo manejo
gubernamental, la sociedad mexicana
demostrará como siempre que es capaz
de salir adelante muy a pesar de sus gobernantes.
Así sucedió en la pandemia de gripe
española, que provocó medio millón de
mexicanos muertos en los inicios del siglo
pasado y que fue desatendida por los
gobiernos “revolucionarios”, que estaban
más preocupados por demostrar su incipiente
poder que por el bienestar popular;
y más recientemente vimos algo
La “nueva normalidad” y la rifa
del avión presidencial
similar en los terremotos de
1985 y de 2017, cuando los gobiernos
en turno brillaron por
su ausencia, mientras que la
sociedad mexicana organizada
demostró su rostro solidario
para sacar adelante a los afectados
por aquellos fenómenos.
En efecto, mis estimados
amigos, la “nueva normalidad”
no existe; y, aun en el pesimista
escenario de que la COVID-19
se instale para siempre entre
nosotros, más temprano que
tarde aprenderemos a convivir
con dicha enfermedad hasta
convertirnos en seres inmunes
a su contagio, tal como sucedió
con otros muchos virus, como
el de la misma gripe común,
que nunca ha desaparecido y
hoy controlamos con un simple
antihistamínico desde los
primeros síntomas, sin mayor
problema ni consecuencias graves en la
mayor parte de los casos.
Tengo más bien la impresión de que el
Gobierno, al más puro estilo del PRI de
los años ochenta, busca generar la incertidumbre
para tener un mejor control
sobre las personas y estar en posibilidad
de dictar reglas sociales, económicas y
financieras a modo, jugando con el sentir
social y aprovechándose de la inocencia
de quienes creen que eligieron un
cambio verdadero, curiosamente votando
por los mismos políticos de siempre.
No tengo duda de que tendremos que
continuar protegidos con equipos de
seguridad que no acostumbramos utilizar.
En el caso de mi equipo de trabajo,
máscaras de acrílico, cubrebocas y desinfectante
continuarán formando parte
de la cotidianidad laboral. Quizá serán
algunos meses más de trato complicado,
de evitar abrazos y procurar el distanciamiento
físico.
Todo ello está bien. Es lo que nosotros
podemos aportar de manera responsable
para evitar la propagación del virus y conseguir
que la curva se aplane, porque nosotros
sí seremos capaces de hacer lo que
el subsecretario de Salud no ha podido en
su cuestionable gestión. Sólo la sociedad
mexicana es capaz de aplanar la curva y
domar la pandemia; aunque nuestros dirigentes
insistan en colgarse una medalla
a la que nunca serán acreedores.
Pero, terminando el periodo complicado
que continuaremos viviendo seguramente
por unos meses más, habremos
triunfado nuevamente como sociedad y
regresaremos a la normalidad que conocemos,
quizá más tecnológicos debido
a la necesidad que todos tuvimos de
aprender cosas nuevas en ese sentido;
quizá más precavidos para evitar un
rebrote; y seguramente mucho más higiénicos,
que será el gran legado de esta
crisis para la sociedad. Pero de ninguna
manera será una nueva normalidad, expresión
que nadie entiende y sólo confunde
a nuestros queridos compatriotas.
Los invito a que construyamos nuestra
propia realidad a partir de ahora
y con las enseñanzas adquiridas. No
Opinión #Seguros
permitamos de ninguna manera que
nos hagan creer que no regresaremos
a la normalidad, a la calidez, al carácter
que nos identifica como mexicanos;
somos un pueblo de personalidad recia
que ha experimentado grandes cambios
y progresos en el pasado, y de ninguno
de ellos se ha derivado una nueva normalidad.
Eso es una falacia, y solamente
es equiparable a la rifa de un
avión rentado, ficción en la que
ninguno de los premios anunciados
considera la entrega de
un avión, lo cual es ridículo e
inverosímil.
Por cierto, quiero aprovechar
estos párrafos para felicitar
a Alejandro Sobera Biotegui,
quien recientemente asumió
la presidencia nacional de la
Amasfac en su Comité Directivo
Nacional y el pasado 24 de
mayo celebró su cumpleaños,
como muchos de nosotros, en
plena cuarentena. No tengo el
gusto de conocerlo personalmente,
pero me alegra que la
asociación asuma un liderazgo
joven, que sin duda imprimirá
una nueva dinámica a la organización.
¡Enhorabuena y mucha
suerte para él!
Les deseo todo el éxito en
este cierre de mes, de trimestre y de la
primera mitad de este fatídico 2020.
Pronto retomaremos nuestra normalidad,
no nueva, la de siempre; y me dará
mucho gusto volver a verlos para que
convivamos por aquí, como cada mes, y
Charlemos Seguros de los temas que a
todos nos interesan.
¡Un fuerte abrazo!
Se une a la pena que embarga a nuestro
querido amigo Juan Ríos Meza por el
sensible fallecimiento de su señor padre
Juan Ríos Rojas
Le expresamos a toda la familia
Ríos Meza nuestro más sentido pésame
por su irreparable pérdida.
Descanse en paz.
Acaecido el martes 2 de junio de 2020 en la Ciudad de México.