Ciudad de México / Junio 15, 2020. 23
Se llevaron nuestro queso…
#DesarrolloHumano
Reflexiones
Carlos Molinar Berumen
www.carlos-molinar.com
Un buen libro que leí hace algunos
años es ¿Quién se ha llevado mi
queso?, de Spencer Johnson. En
este texto, el autor se vale de un cuento
de ratones para explicar lo que la gente
persigue y obtiene, cómo se encariña
con lo que logra y lo que pasa cuando
sobreviene un cambio y por alguna
razón nos quitan lo que habíamos
logrado.
El libro tiene un mensaje muy relevante
y profundo que se puede resumir
en siete puntos:
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El cambio es un hecho.
Prevé el cambio. Permanece alerta a
los movimientos.
Controla el cambio. Revisa constantemente
el statu quo.
Adáptate rápidamente al cambio.
Olvida cuanto antes lo que ya fue y
disfruta de lo nuevo.
¡Cambia! Muévete en cuanto se den
los cambios.
¡Disfruta del cambio! Saborea la
aventura de transformarte y disfruta
de lo nuevo que te ofrece la vida.
Prepárate para cambiar rápidamente
y disfrutar otra vez. El cambio
es lo único constante.
Creo que a la humanidad le acaban de
quitar su queso. Justamente eso nos acaba
de suceder.
Lo que nunca nos imaginamos es que
nos iba a pasar al mismo tiempo a todos;
y con a todos me refiero a todo el
mundo.
Ni nosotros,
que vivimos conscientes
del riesgo
y relacionados con
él y tratando de
preverlo de muy
diversas formas,
pudimos vislumbrar
este tsunami.
Haciendo una
analogía entre
adentrarnos en la
digitalización y sumergirnos
en una
alberca, todos sabíamos
que era necesario
meterse, aventarse al agua; hablábamos
de la necesidad de irnos familiarizando
con esa sensación; y éramos
relativamente conscientes de que había
expertos que se movían bien en ese medio,
y ellos nos animaban a zambullir-
nos en la alberca, quizá poco a poco, por
la escalera, para irnos acostumbrando
al agua e introducirnos
paulatinamente… Pero
la verdad es que titubeamos,
y no hicimos lo suficiente.
Lo que no sabíamos
—y nadie nos dijo— es
que un buen día nos
iban a empujar a todos
al foso de golpe y que
de pronto estaríamos
todos, al mismo tiempo,
en la parte honda del estanque
y tendríamos que
nadar forzosamente. La dificultad más
grave era que todos estábamos amontonados
en una sola piscina, esa en la que
antes había solo unos cuantos animándonos
a entrar.
¿Qué sigue? Perfeccionar nuestro
nado y volvernos eficientes nadando. No
hay otra.
Volviendo con el queso, y haciendo la
analogía con la vida que teníamos y ya
no vivimos porque alguien se la ha llevado,
no sirve de nada tratar de encontrar
las causas por las que nos tiraron
al agua a todos al mismo tiempo, ni siquiera
si hay conspiración atrás o no. Lo
importante es que sepamos que debemos
cuidarnos porque el agua está fría,
dan calambres y podemos ahogarnos.
También, por la situación de zozobra y
el pánico generalizado, existe el riesgo
de que algún acalambrado se prenda de
nosotros y nos lleve al fondo; o también
de que algunos descuidados nos golpeen
y nos acalambremos, con lo que terminaríamos
varios ahogados. Por eso debemos
extremar cuidados al enfrentar
algo que jamás habíamos tenido que enfrentar
como especie toda.
Creo que muchos tenemos clara la
teoría, pero eso no es suficiente. Ahora
lo que hay que hacer es tener calma y
pensar muy bien cada movimiento que
vamos a ejecutar.
Sí, mantener la calma y el buen ánimo
es vital para avanzar con seguridad,
articulando con detenimiento un plan
de salida y acostumbrándonos a una
nueva realidad.
Trataré de explicarme.
Es un hecho que
el mundo giró; que
debemos cuidar nuestra
salud fortaleciendo
nuestro sistema inmunológico
principalmente
por medio del
cuidado de nuestros
pensamientos, que son
la clave para mantenernos
bien; porque, si
dejamos que el temor
se apodere de nosotros,
ésa será la llave
para dejar entrar todo
tipo de calamidades en nuestra vida.
También necesitamos cuidar nuestra
alimentación y mantenernos saludables
haciendo ejercicio y observando ciertas
rutinas, tanto de trabajo como de esparcimiento.
Debemos
convencernos
de que el mundo
ya cambió, y
eso es para
siempre
Debemos convencernos de que el
mundo ya cambió, y esto es para siempre;
y no deberíamos
aferrarnos erróneamente
a tratar de recuperar
el queso que ya no está
y no va a volver. No sé si
todos estaban completamente
felices con la vida
que llevaban, pero de lo
que sí estoy seguro es
de que nuestra forma de
actuar estaba matando
al planeta. Y una cosa
es cierta: éste es el único
hábitat que tenemos.
Hoy tenemos que ser felices de otra
manera; tenemos que generar recursos
de otra forma, reinventarnos y cuidar de
nosotros, tanto mental como emocional
y físicamente.
Sé que puede ser desesperante ver
cómo se extingue un mundo al que estábamos
acostumbrados, pero aferrarse
al modo de vida que se nos fue puede ser
tan pero tan peligroso que nos puede
llevar fácilmente a la tumba por diferentes
caminos, y ni siquiera de la forma
en que podemos imaginar ahora en este
estado de mortandad y padecimiento
generalizados, sino de una manera muy
triste y en total soledad.
Tenemos que pensar en que la vida
misma, el planeta que habitamos, las
sociedades que hemos construido ya no
aguantaban seguir con ese modelo; y en
que debemos cambiar, queramos o no.
Hoy tenemos una realidad más compleja,
y hay que afrontarla de la mejor
manera posible. Tenemos que aprender
a ser felices, a vivir y a disfrutar de otra
manera, porque es una realidad que se
llevaron nuestro queso.
Diccionario para comprender
las analogías del texto
Nuestro queso = nuestra vida anterior.
Todos = todos los habitantes del planeta.
Los que vivimos alrededor del riesgo =
los que vivimos ligados al mundo del
seguro y la previsión para preservar
en los individuos la salud, tanto física
como financiera.
La alberca = el mundo digital y virtual.
Perfeccionar nuestro nado = adaptarnos
al mundo digital y a nuestra nueva
realidad (la posibilidad de infección,
que hoy nos puede provocar la muerte).
Agua fría y calambres que ahogan =
situación de peligro de contagio y posible
muerte.
Ahogados por calambres = muertos y
afectados por COVID-19.
Golpeados por un inconsciente = contagiados
por un inconsciente.