Ciudad de México / Julio 31, 2020. 19
Diagnóstico diferencial
#Opinión #Seguros
El plACER DE
DISENTIR
Oscar González Legorreta
[email protected]
La gente dice que el tiempo
lo cambia todo, pero no
es verdad. Hacer cosas
cambia las cosas. No
hacer nada deja las cosas
exactamente como están.
Gregory House, Dr. House, M. D.
Querido lector, me alegra compartir
estas líneas contigo.
¿Sabías que este ritual tan
simpático que hace el personaje de Dr.
House en la serie, con el pizarrón blanco
y las preguntas, en verdad existe?
Sí. El método del “diagnóstico diferencial”
es efectivamente una forma de
llegar a una conclusión descartando,
en forma deductiva, el padecimiento
que puede (o no) estar afectando a un
paciente. Esto se logra mediante la observación
de los síntomas que éste presenta.
De hecho, ésa es una de las múltiples
razones por las que se asocia la creación
del personaje protagónico de la serie
con el célebre Sherlock Holmes, un
personaje también ficticio, producto de
la imaginación de sir Arthur Conan Doyle.
Holmes también usaba el método
deductivo. Si tienes curiosidad por esta
y otras particularidades del personaje, te
sugiero leer el libro La filosofía de House,
de William Irwin.
Traigo esto a la reflexión porque en
ambos casos, desde luego con sus variantes,
el método requiere, para ser
más eficaz, contrastar las teorías y especulaciones
con al menos otra persona,
además del diagnosta, palabra con la
que denominan en el doblaje al español
la función de House.
A riesgo de ser repetitivo, haré hincapié
en que la eficiencia en el uso del método
descrito depende en gran medida
de la calidad del debate y, por lo tanto,
del interlocutor o interlocutores. Para el
caso de Holmes, depende fuertemente
de un Watson que cuestiona inquisitiva
y constantemente; y esto es aún más evidente
en House, que, con todo su sarcasmo
y las pesadas bromas de las que hace
objeto a su equipo, no puede avanzar
sin ellos, a pesar de su genio. Tal es el
caso que queda ilustrado en algún episodio
de la serie donde, disgustado con
su equipo médico, intenta hacer el diagnóstico
diferencial… con el conserje. A
pesar de la brillantez de House, con este
interlocutor no se llega a ninguna parte.
Discutir con colegas, en el mejor y
más constructivo sentido de la palabra,
permite regresar sobre nuestros propios
pasos, revisar nuestro proceso deductivo
o confirmar o en su caso desechar las
hipótesis en el camino de solución elegido.
Eso se logra por un principio elemental
que todos hemos escuchado en
algún momento: Aprende más el tonto
preguntando que el listo contestando.
En la fórmula, todos podemos y debemos
jugar ambos roles. Compartir conocimiento
nos hace reforzarlo; incluso
para nosotros mismos, aun si somos la
persona que más conoce de un tema en
la mesa.
Hasta aquí, con pleno derecho podría
el querido lector preguntar: “¿Y qué
rayos tiene esto que ver con la labor de
un agente de seguros?”. Muy sencillo. El
agente regular y frecuentemente realiza
su trabajo solo. Y, siendo así, ¿cómo podría
usar este método si lo deseara?
Comencemos por preguntarnos si es
deseable hacerlo.
Creo que sí, porque lo que podemos
ver en la bibliografía es que el trabajo en
equipo inequívocamente supera los logros
individuales. No abundaré en ello y
lo tomaré como axioma. El resultado del
grupo supera al de los individuos en su
conjunto. A esto le llamamos sinergia.
Creo que matemáticamente se expresa
como 2 + 2 = 5.
Dado esto como un hecho aceptado,
el agente de seguros, en su búsqueda de
superación y crecimiento, de manera
natural debería buscar esa otra voz que
lo ayude a perfeccionar su diagnóstico,
su consultoría, la asesoría que brinda a
su cliente.
Aquí llego al punto medular de esta
reflexión: si somos mejores trabajando
en equipo pero laboramos individualmente,
¿a quién deberíamos acudir?
A las organizaciones grupales de
nuestro sector.
No es la agrupación, colectividad o
asociación la clave. Lo es la interacción
con otros profesionales. Lo es el intercambio
activo y saludable de puntos de
vista. Como en el “diagnóstico diferencial”,
es la pasión y el empeño por dar lo
mejor de cada uno de los que participan
lo que enriquece la contribución. En los
médicos es para devolver la salud al paciente.
En los agentes, para hacer la mejor
gestión de riesgos de nuestro cliente.
Puede sonar trillada aquella frase de
J. F. Kennedy, pero la usaré. La pronunció
en un discurso presidencial, si no me
Genuario y César Rojas,
así como todos los que laboramos en
nos unimos a la pena que embarga
a la familia Vogt por el fallecimiento de
Don Erich
Vogt Sartorius,
acaecido este 27 de Julio en la Ciudad de México.
Descanse en Paz
equivoco, en una toma de protesta: “No
pienses qué puede hacer tu país por ti,
sino qué puedes hacer tú por tu país”.
Así es como debemos abordar el desafío
de unirnos a una agrupación: buscando
contribuir activamente. Lo asombroso
en el ser humano es que, cuando
lo hacemos de ese modo, invariablemente
recibimos más de lo que damos.
Escoge un grupo, el que tú prefieras.
Yo no acostumbro hacer referencias personales
en mis colaboraciones, pero en
esta ocasión haré una excepción.
Yo soy presidente del Comité de Tecnología
de Amasfac. También participo
en la Asociación Insurtech México y soy
consejero en el recientemente creado
Club de Empresarios en Seguros.
En cada uno de esos foros busco sumar,
aportar, contribuir, y siempre recibo
más de lo que aporto; y eso me motiva
y me desafía a continuar.
Te invito a que elijas un lugar para
brindarte.
Te sorprenderás.
“La necesidad de la
mayoría pesa más que la
necesidad de unos pocos”
(Spock, Star Trek).