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Ciudad de México / Abril 30, 2020.
#Opinión #Seguros
U
na industria de largo plazo como
la aseguradora tiene, sin duda,
mujeres y hombres con un am-
plio sentido del negocio. Si bien es cierto
que se trata de personas que de manera
natural sienten preocupación por lo que
viven durante la pandemia, también es
verdad que buscan ideas que hagan in-
cluso crecer los resultados que habían
venido alcanzando hasta ahora.
En las Sesiones Vivir Seguros que con
El Asegurador hemos puesto en marcha
en estos tiempos nos hemos encontrado
con entrevistados y conferencistas que
dejan ver el espíritu que los anima. No
sorprende, por ello, que sean personajes
que se basan no solo en el afinamiento
del ángulo técnico de su actividad, sino,
sobre todo, en una respuesta sustentada
en el carácter.
El hecho de que haya aseguradores
con ese perfil genera un optimismo que
no está basado en la ilusión y la pasivi-
dad, sino en el optimismo y la acción.
Uno de los efectos es encontrar nume-
rosas personas que están en busca de
maneras que las conduzcan a convertir
las amenazas en oportunidades, amén,
claro, de enriquecer sus fortalezas y dis-
minuir determinadas debilidades.
Por supuesto que en medio de un
fenómeno que no habíamos vivido no
existen aquellos que puedan resolver al-
gunos de los problemas existentes. Mu-
chas de la ofertas, entonces, terminan
en meros paliativos. Quizá lo anterior
obedezca a que ahora podemos vernos
arrastrados por el miedo, lo que nos po-
dría llevar a “comprar” lo que sintamos
que nos ayude.
Estamos, sin duda, en la etapa de lo
urgente, de lo inmediato, y cada indivi-
duo reacciona. Menos son los que res-
ponden, o buscan responder, o pueden,
desde la perspectiva de un plazo mayor.
Cosas hay que requieren solución rápi-
da, que no pueden esperar, y se entiende,
se comprende la clase de decisiones que
están tomando en estos días.
Existen, por el contrario, aquellos
que, por sus propias condiciones y por
la conciencia que tienen acerca de lo que
es el seguro, han hecho un alto obligado
pero sin dejar de observar el largo pla-
zo, que es característica de la institución
del seguro. Aun sin saber a ciencia cierta
qué es lo que vendrá, esas personas se
han puesto a pensar en cómo responder
a los retos más adelante.
Nos gusta la idea que profesa, por
ejemplo, un reasegurador como Horst
Agata en sus conferencias. Él señala
que, cuando la marea baja, se nota quién
ha estado nadando desnudo. Y no cabe
duda de que una situación como la que
vivimos ahora nos pone a todos a prue-
ba. Ahora es cuando notamos si lleva-
mos puesto el traje de baño o andamos
como cuando nacimos.
con Genuario
Rojas
Seguros: nos necesita
a todos para brillar
En entrevista vía Zoom con Sofía Bel-
mar Berumen, presidenta de la Asocia-
ción Mexicana de Instituciones de Se-
guros (AMIS), le escuchamos decir que
es tiempo de que el seguro brille (vean
la entrevista en El Asegurador Periódi-
co o Genuario Rojas, en Facebook). Esto
no podrá suceder si el Sol está apagado,
es decir, si las estrellas dejan de hacer lo
suyo. A las estrellas les toca entrar en
acción.
Manuel Escobedo Conover, ahora
expresidente de la AMIS, habló de que
la administración de riesgos es una dis-
ciplina que debe cobrar un peso mayor
y que las bases para que ello ocurra ya
están sentadas y se sigue trabajando en
ello con la autoridad. Al final de cuentas,
un manejo inteligente del tema arroja
esperanzas de buen futuro para el sec-
tor.
Todos y cada uno de los que han acep-
tado participar en las Sesiones Vivir Se-
guros han mostrado que caminos hay;
que no podemos esperar. Sus mensajes
han sido un aliento para quienes han
seguido las conversaciones. Siempre hay
opciones, por lo menos para empare-
jarse; dicho esto porque, por desgracia,
están aquellos que apenas tienen que
ponerse a la altura de muchos otros.
En la actualidad hay bastantes que
buscan el ejemplo a seguir para tener
éxito o simplemente para no desmayar;
y por supuesto que ésta es una buena
opción, aunque otra más sería buscar
ser ese ejemplo, asumir el compromiso
que representa ir adelante, encabezar
la marcha, mostrarse decidido a afron-
tar este momento de zozobra en el que
hay que elegir una ruta con todos los
elementos que la hagan menos incierta.
Si tomamos la administración inte-
gral de riesgos y la llevamos a nuestra
vida, es claro que lo más fuerte con lo
que podemos encontrarnos es la toma
de decisiones. Muchos empleos se han
perdido ya por no detenerse a pensar
en lo que implicará rearmar equipos va-
liosos. Muchos despidos han obedecido
a una pérdida del equilibrio, a salvarse
uno primero que nadie.
En estos momentos, que son diferen-
tes de todo lo que hayamos vivido antes,
queda valorar de manera adecuada lo
que somos, hacemos y tenemos. A veces
somos mucho más de lo que pensamos,
pero no estamos convencidos de ello,
o nos planteamos obstáculos que nada
tienen que ver con lo que somos capaces
de hacer, y de esta lamentable manera
renunciamos a la oportunidad de trans-
formarnos. Nos paralizamos.
Estamos en un momento crucial de
toma de decisiones; y de tomarlas aun
sin saber si seremos o no de los sobrevi-
vientes. Como parte del sector asegura-
dor, en el papel que se haya elegido, de-
bemos saber que estamos en un negocio,
en una institución, y que ésta es priori-
taria. Entendamos eso y haremos brillar
al seguro y ayudaremos a efectuar una
gestión de riesgos que lleve a edificar
una sociedad más y mejor protegida.
#DesarolloHumano
La Pascua judía
Moisés apacentaba un rebaño de ovejas.
De pronto miró una zarza envuelta en fuego, pero la
zarza no se consumía.
Y vio el Eterno que Moisés se desviaba para mirar, y lo
llamó Dios dentro de la zarza diciendo:
¡Moisés!, ¡Moisés!
Y él respondió: “Heme aquí”, y Él le dijo: “No te llegues
acá; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que
estás tierra santa es” (Éxodo, III).
Fue en el año 1447 a. de C. cuando el pueblo judío se
liberó de la esclavitud de Egipto y marchó, con el profeta
Moisés a la cabeza, a la tierra prometida de Israel.
Nissim Mansur T.
[email protected]
Desde que tengo memoria, la Pascua judía es ocasión de
celebración y júbilo en todos los hogares.
Se acostumbra cenar en compañía de todos nuestros
seres queridos, en un ambiente de alegría. Hasta familiares
lejanos se acercan a este jubileo.
Solamente en este año 2020, en que la pandemia de
neumonía ha azotado al mundo, se rompió la Pascua judía.
Las sinagogas están totalmente vacías; las celebraciones
familiares se han fragmentado, al grado de que hay gente
mayor que se ha quedado sola en casa.
Soy creyente: pido al Altísimo que nos ayude a salir de
esta pandemia que hoy nos azota.
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