El Asegurador Abril 30, 2020. | Seite 26

26 Ciudad de México / Abril 30, 2020. #Opinión #Seguros LOS NÚMEROS CUENTAN Antonio Contreras [email protected] Coronavirus y seguros S El robo de vehículos es otro tema, pues la urgencia de cubrir las necesidades más elementales impulsará a algunos a buscar dinero donde sea. La siniestralidad puede aumentar, sin duda. Por otra parte, la venta de seguros de Auto sufre el efecto negativo de la menor producción y por lo tanto menor venta. En lo que se refiere al seguro de Gastos Médicos Mayores, el efecto es incierto. La venta aumentará, sin duda, por la mayor conciencia de la población. Sin em- bargo, este seguro es caro y por ende está destinado a un segmento reducido, por lo cual el efecto puede ser marginal. Por otra parte, si un asegurado enferma de neumo- nía por coronavirus, su póliza indemnizará los gastos de hospitalización por el tratamiento o, en algunos ca- sos, el reembolso de los gastos que el asegurado haya realizado durante su convalecencia domiciliaria. La de por sí alta siniestralidad del ramo aumentará.El seguro de Vida enfrenta el efecto negativo inmediato de los decesos ocasionados por coronavirus en la comunidad asegurada. Está comprobado que las consecuencias fatales están relacionadas con la edad y por ende con condiciones como obesidad, diabetes y presión arterial alta. Quien compra una póliza de Gastos Médicos Ma- yores es habitualmente un adulto mayor de 40 años, de segmento socioeconómico C+ o más alto que está sujeto a presiones mayores que las del promedio por la actividad que desarrolla. Fácil sería concluir que es más propenso a sufrir alguna de las condiciones men- cionadas; pero ello es relativo, pues también tiene acce- so a comida de mayor calidad y mejor atención médica. Además, el paquete que compra incluye esposa e hi- jos, por lo cual es difícil identificar una tendencia. Lo que sí es un hecho es la presencia del coronavirus como un factor catastrófico para el seguro de Vida: muchas muertes, no calculadas, en un plazo breve. Los muer- tos en Estados Unidos ya pasan de 40 000. No es poca cosa. El seguro de Daños podría parecer el menos afecta- do; pero, si lo pensamos un momento, también sufrirá las consecuencias de una recesión económica. Cuando En el caso del seguro de Autos, es evidente que la el dinero escasea, los particulares continúan adquirien- frecuencia de accidentes disminuirá: si es un auto par- do el seguro de su auto, y temen perder la continuidad ticular y está guardado, porque su conductor habitual de la protección de la póliza de Gastos Médicos Ma- está recluido en casa; y, si es un transporte de carga, yores; pero no dudan en posponer, o de plano borrar porque el número de vehículos en circulación es sensi- de la lista, la compra de un seguro de Casa Habitación. blemente menor. También los empresarios cierran un ojo en épocas de También disminuirán forzosamente los daños a ter- crisis económica cuando de medidas de protección y ceros, pues éstos han decidido hacer caso a López-Ga- cobertura de daños se trata. tell y permanecer en casa, sin exponerse a los peligros En cuestión de siniestros, la menor actividad pro- de la calle. Los servicios de asistencia piciará una menor frecuencia, pero el vehicular también podrán pensar en descuido o la falta de atención conti- poner algunas guardias para atender a nua de instalaciones industriales po- algún desbalagado, pero en general en- El seguro de dría acarrear un incendio sin respuesta frentarán un periodo tranquilo, con las inmediata o la rotura de la maquinaria, Daños también calles casi vacías y las restricciones de olvidada en estos tiempos de pánico. la fase 3. Además, el robo a casas y negocios se sufrirá las Además, el programa Hoy no Circula incrementará a medida que el dinero consecuencias se aplicará a todos los autos particula- escasee y la contingencia se alargue. res, sean 00, 0, eléctricos o híbridos. No No está de más enfatizar la impor- de una recesión es un tema de contaminación, sino de tancia de la participación de un sector sacar vehículos de la calle. Como sea, económica como el nuestro cuando se trata de es menor la exposición de los autos y orientar a la comunidad asegurada y no menor la probabilidad de ocurrencia asegurada sobre temas de prevención de un evento que le cueste dinero a la y protección económica; también sería aseguradora. oportuno manifestar nuestra solidaridad como sector La pregunta es si alguna aseguradora o todas en tro- con promociones y donativos a los más afectados. pel manifestarán su responsabilidad social mediante La responsabilidad social de un sector ligado en for- un endoso de disminución de prima, la circunstancia ma cotidiana a calamidades, desastres naturales y ac- que indirectamente las beneficia. Menor frecuencia, cidentes es de vital importancia cuando el miedo va y menor prima de riesgo requerida. viene. orprendidos por la aparición del coronavirus, nos ocupamos al principio de enterarnos, al más puro estilo de la era de las redes sociales, del origen y potenciales consecuencias de esta pandemia. Lo primero es lo primero: la conversación se enfocó en las medidas para prevenir el contagio y prote- ger a la familia. Después supimos de la vulnerabilidad de los mayores y también tomamos medidas para cuidarlos. Llegamos finalmente a la sana distancia y nos sentimos relativamente a salvo; y solo entonces repara- mos en la injusta y lenta condena a la que podríamos estar relegando a una mayoría de mexicanos que viven al día. Finalmente, la serpiente que se forma por el crecimiento económico generado por la locomo- tora de los grupos familiares que mueven al país se mordió la cola. Hemos crecido, pero el desequilibrio de nuestra estrategia se puso de manifiesto, y hoy más crudamente que nunca. La economía informal, esa que contemplamos desde la distancia en las esquinas de nuestras ciudades, colapsó. La mayoría constitui- da por quienes hacen de la calle su fuente de sustento trata de quedarse en casa, pero no puede. En la economía formal, el coronavirus impulsó a al- gunas industrias a la cresta de la ola. Así, los fabrican- tes del Cloralex vieron llegar su agosto en pleno marzo, con una demanda que obligó a racionar el producto; los cubrebocas, que previenen el contagio, quintupli- caron su precio; el alcohol en gel se volvió muy escaso; y Amazon capitalizó la oportunidad con promociones, pago en línea y entrega a domicilio. Otras industrias vivieron efectos ambivalentes: la banca, por ejemplo, mantuvo su operación gracias a los medios electrónicos de transferencia de fondos y pagos a distancia; pero sufre, por otro lado, los embates de la desaceleración económica. Y están también las industrias detenidas o semi- paralizadas: la automotriz, la turística, la textil, la de aviación comercial y muchas otras que no pueden con- tinuar por la falta de clientes o por la imposibilidad de producir en las fábricas, donde gracias a la Revolución Industrial se aglomeran los trabajadores de línea de producción para poner en funcionamiento el eficaz y moderno proceso de manufactura. También las industrias relacionadas sienten el golpe de la desaceleración: operadores logísticos, autotrans- porte de carga, agencias aduanales, restaurantes y ho- teles de todo tipo. Y nuestra industria no puede ser una excepción. También enfrenta, en el muy peculiar estilo del sector mexicano de seguros, un reto importante. Desde el punto de vista de un suscriptor, se impone la reevaluación de los riesgos.