Futuro del planeta azul...
Si únicamente pudiéramos ver el 4% de lo
que pasa a nuestro alrededor, seguramente
habría muchas cosas que no percibiríamos,
no nos daríamos cuenta que ahí están ni
mucho menos podríamos hacer algo con o
por ellas.
Este es el caso del agua. Ahorrar y usarla eficientemente es algo que hemos escuchado
por muchos años: cerrar la llave mientras
nos enjabonamos, no lavar autos con manguera
y usar solo un vaso para lavarnos los
dientes. Sin embargo, el agua de consumo
doméstico (aquella que vemos correr frente
a nuestros ojos mientras lavamos nuestras
manos, los platos, regamos el jardín, o la utilizamos en casa) es solo el 4% del agua que
utilizamos en nuestras actividades diarias.
Al intercambiar productos y servicios, también
se intercambian grandes cantidades de
agua. Lo que comemos en un día, la ropa que
usamos, la energía que consumimos, y todos
los productos con los que estamos en contacto
requirieron agua en distintas cantidades
para su creación, producción o generación.
Por esto, al comercializar productos, también
estamos comercializando el agua que implicaron sus procesos productivos.
El impacto que tienen las actividades humanas
en el recurso hídrico ha sido contabilizado
de distintas maneras. Una visión integral
debe considerar como parte de nuestro consumo el volumen de agua que extraemos de
cuerpos superficiales y subterráneos, el agua
de lluvia que utilizamos para crecer cultivos,
la que se evapora debido a sistemas de almacenamiento y el agua contaminada.
El momento en que el agua se utiliza y el lugar
del que se obtiene son de gran relevancia: su
valor e impactos serán distintos en la temporada
de lluvias que en la de estiaje, así como
en una zona tropical con lluvias todo el año
que en un desierto donde hay extensiones
muy grandes de terreno sin ninguna laguna
o río.
Cuando sumamos el conjunto de usos de agua
en una región, encontramos sitios en los que
la inadecuada distribución de la misma ha
afectado a los ecosistemas, que quedan al
final en la distribución del agua que no se
utiliza para abasto público, agricultura, industriay generación de energía, y que muchas
veces se ha repartido totalmente.
"Es imprescindible tener en cuenta todos estos factores para entender las condiciones en que
el agua es utilizada por la sociedad, y así tomar conciencia sobre la magnitud del impacto que nuestro aprovechamiento del recurso tiene sobre su disponibilidad y sobre los ecosistemas. Sólo de esta manera podremos explicar por qué se habla tanto de estrés hídrico y escasez, y por qué el agua se ha convertido en un tema de debate alrededor del mundo."