La llamada tecnologia
Lo único constante es el cambio”, frase de Heráclito (diálogo de Cratilo 402 a.C.). Esto lo constatamos todo el tiempo y más en los negocios. Las tecnologías nos han dado un regalo único, casi exclusivo a nuestra era. Coches veloces, comunicación inalámbrica, teléfonos inteligentes… ¿qué sigue? Nosotros.
El fruto de la revolución tecnológica nos lleva a evolucionar, quizás no somos muy diferentes a los seres humanos del siglo XIX, pero sin duda somos distintos. La perspectiva del hombre postmoderno llena de sofisticaciones nos hace únicos; quizás en el futuro el humano vuelva a ser más primitivo y sencillo, pero mientras viva nuestra generación y las próximas continuaremos siendo complicados.
Esta complicación que nos define se refleja en lo que hacemos, ya lo decía Lorenzo Gracián en La agudeza y el arte del ingenio “el arte es una imitación de la naturaleza”; todo lo que hacemos refleja una realidad interna o externa o ambas. Este es el caso de la tecnología, de su etimología griega tecné (arte) y logos (tratado), el tratado del arte. La concebimos más cómo aquellas herramientas que nos ayudan a hacer, trabajar, disfrutar…
Pero, ¿qué es una herramienta sino una extensión de nuestro cuerpo? Será la extensión de nuestros brazos, ojos, pies, nariz…. O un amplificar de nuestros sentidos que nos ayudan a entender mejor las cosas. Tecnología también es imitación, como las alas del avión o las aletas de una tabla de surf.
Esto es lo que puede definir la tecnología del siglo XXI, el arte de lo complicado, de herramientas sofisticadas para personas complicadas, cerebros artificiales, corazones de plástico, estructuras virtuales que sin existir físicamente existen (como el dinero en la nueve o el correo electrónico). Nuestra tecnología es la vía del duplicado de lo que se ve y se toca, en lo que ya no tienes que ver ni tocar para saber que existe. La tecnología nos da certeza de que algo existe (como una estrella a miles de millones de años luz).
Toda esta nube obscura de pensamiento sobre la tecnología tiene que responder también a lo que atañe al día a día de nuestra vida, el trabajo. Fuera de pensar en la tecnología como herramienta, también es base y fundamento del trabajo de miles de millones de personas en la actualidad. No pasa el día en que alguien, el algún punto remoto en un momento en el tiempo, vea su celular, consulte una página web o tenga que escrutinar su pc en busca de un archivo de Excel. Estamos cuasi programados para usar tecnología en nuestra vida cotidiana. Sobre todo, tecnología computacional.
Estamos apegados a un aparato, el que sea, que tiene que hacer que nuestro día funcione. Y si nos pasa a nosotros le pasa a lo que hacemos, en donde trabajamos. Raro es el trabajo en que no se use una conexión, por lo menos para hacer una llamada, o que se transmita un mensaje para decir un simple “trabajo terminado”.
La comunicación es el elemento que ha hecho de la tecnología una red sin fin y compleja, gracias a que el humano tiene que hablar e informar. Esto es lo que puede terminar por definir la complejidad de la tecnología en nuestros días.
Partiendo de las premisas anteriores, basadas en concepciones y terminologías difíciles, volteemos a los negocios. ¿Cómo hacer negocios en un mundo tecnológico? Con tecnología y dentro de la tecnología. Existen empresas que su forma de operar ha cambiado en los últimos veinte años debido a las herramientas y reducciones de costo que las redes han brindado. Es más fácil hacer una llamada internacional, asistir a una videoconferencia con personas de todo el mundo, consultar el catálogo de una empresa de otro continente, hacer pedidos, etc.
No fue de la noche a la maña que las empresas se vieron obligadas a usar e invertir en tecnologías, se produjo un cambio y se ofrecían miles de beneficios. Todo pareció hacerse más fácil, pero a medida que las redes de las empresas crecieron hubo nuevas necesidades entonces se crearon nuevas aplicaciones y esto trajo un ciclo de desarrollo en que nos encontramos.
Miles de datos fluyen por los servidores, se genera información, se toman decisiones… parece sencillo. Se puede hacer un listado muy largo de lo que se necesita para la creación de la red de una empresa. (Continúa)
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"Ars emula naturae"
EkiteCo. / Febrero 2017 3