Clasificación
De transmisión o conductiva: La zona alterada es la encargada de la
transmisión de la onda sonora. La causa se sitúa en el oído externo o medio,
también las producidas por lesión de la trompa de Eustaquio, que es un conducto
que une el oído medio con la rinofaringe. Hay una deficiencia de la transformación
de energía en forma de ondas sonoras a ondas hidráulicas en el oído interno por
lesiones localizadas en el oído externo y/o en el oído medio.
El mecanismo por el que las ondas de sonido llegas a las terminaciones
nerviosas de la cóclea no funciona. La causa puede ser un tapón de cera u objetos
extraños en el cala auditivo externo. Una de las formas más comunes de pérdida
de audición conductiva es un exceso de líquido en el oído medio (otitis media) y
los niños pequeños son más propensos a padecerla.
Sensorial, neurosensorial o de percepción: En el oído interno y/o en la
vía auditiva. La causa radica en el oído interno o estructuras centrales (nervio
auditivo, etc.) ya que los nervios se encuentran dañados. No existen
procedimientos médicos o quirúrgicos que puedan restablecer la audición si la
pérdida es sensorial. En muchos casos se prescriben audífonos para amplificar la
audición residual (los audífonos deben prescribirse por un otorrino).
También se puede hacer un implante coclear a un niño cuya pérdida de
audición es demasiado profunda para que le resulte útil un audífono. Los sonidos
graves los oyen relativamente bien y en algunas ocasiones y bajo determinadas
circunstancias pueden mantener una conversación. Cualquier sordera superior a
60 dB indica una pérdida neurosensorial pura o mixta.