Las personas con diversidad funcional constituyen un grupo que ha sido
discriminado, los términos limitantes o despectivos utilizados para denominar a
este grupo con diversidad funcional juegan un papel fundamental en el refuerzo de
la minusvaloración y, por lo tanto, en el mantenimiento de dicha discriminación.
La pérdida de la capacidad auditiva, ya sea total o parcial, conlleva
trastornos fisiológicos y psicológicos que pueden resultar en una grave
discapacidad para la comunicación diaria con los demás, la adquisición del
lenguaje y/o el rendimiento laboral.
En
el
documento
de
Clasificación
Internacional
de
Deficiencias,
Discapacidades y Minusvalías (CIDDM), la Organización Mundial de la Salud
(OMS) define la discapacidad como "toda restricción o ausencia (debida a una
deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del
margen que se considera normal para un ser humano". Por lo tanto, cuando
hablamos de discapacidad auditiva nos referimos a aquel estado en el cual
existen trastornos o disminuciones en el funcionamiento auditivo así como
dificultad para percibir el sonido, especialmente la intensidad y el tono del mismo.
Definición
La discapacidad auditiva es algo más que la simple pérdida de audición
(deficiencia auditiva), ya que en este último caso la persona puede continuar una
vida normal, mientras que la persona con discapacidad auditiva requiere ayuda
para comunicarse con los demás y su capacidad de aprendizaje lingüístico se ve
afectada seriamente.
Una persona con discapacidad auditiva es aquella que no puede escuchar
normalmente debido a algún tipo de anormalidad en el órgano de la audición: el
oído. La discapacidad auditiva se conoce como sordera, cuando existe ausencia